Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Ceguera del río

(1) Sinónimo(s): Ceguera de Montecristo, mal de bolitas, mal morado (2).

Denominación popular que recibe la ceguera causada por la onchocercosis.

Algunas de las causas atribuidas a este mal son de muy antigua data. En 1941, de la Fuente registró varias creencias entre los zapotecos de diversas comunidades de Oaxaca. La más extendida de ellas menciona que, disgustados con el párroco que atendía en Yajoni, los nativos del lugar lo expulsaron, haciéndole cargar un pesado bulto. Al ser ofendido en tal forma, el clérigo lanzó una maldición sobre ellos; desde entonces comenzaron a cegar y morir, y a disgregarse y unirse a otros pueblos, llevando consigo la maldición y la enfermedad. Se cree también que en los lugares en donde hay muchos brujos, el mal se intensifica, y se les hace responsables de este hecho; asimismo, se dice que la enfermedad abunda donde habitan muchos tecolotes. Por otra parte, algunos comerciantes nativos que viajan por la zona onchocercosa, atribuyen el mal a una planta "aguatosa" cuyas flores molestan los ojos al ser deshechas por el viento; otros lo achacan a beber agua mala, a la existencia de sembradíos de café y caña, o a comer frutos como plátanos y mangos. Los procedimientos locales para liberarse del mal son varios; entre ellos, hacer rogaciones en determinados lugares, llevar ofrendas, decir misas, prender velas, etcétera, o bien ponerse en manos de sus terapeutas tradicionales, quienes practican estos mismos procedimientos u otros particulares de cada uno de ellos (3).

Esta enfermedad se presenta en las regiones montañosas cafetaleras del sur, en especial en Oaxaca y Chiapas, y es debida a la infestación de diminutos gusanos filarie del género Onchocerca, trasmitidos por el piquete de pequeños moscos hematófagos (Simulium), llamados comúnmente por los chinantecos de Oaxaca rodadores o alazanes (4); en las zonas cafetaleras de Chiapas se les identifica como moscas del café o moscos alazanes (5). Cuando un mosco infectado pica a una persona, le "inyecta" los gusanos y varios meses después aparecen pequeños tumores fibrosos (bolas) debajo de la piel -con frecuencia en la cabeza y hombros-. Dichos tumores son del tamaño de una canica, y llegan a crecer hasta dos o tres centímetros de ancho, de aquí que se le llame mal de bolitas. Por lo general, se dice que no son dolorosos, aunque pueden provocar comezón. Al poco tiempo de haber aparecido, invaden el resto del cuerpo; la cara, en especial, se inflama y se torna de color gris ceniciento o amarillento. En pocos meses, los ojos se ponen rojos y llorosos, supuran en abundancia y la córnea pierde su brillo. Al llegar a esta etapa, la enfermedad es incurable y el enfermo pierde la vista (1) (4).

El tratamiento médico no tradicional más eficaz consiste básicamente en extirpar los quistes en su fase temprana, aconsejándose el uso de antihistamínicos para calmar la comezón (1) (5). Sin embargo, de la Fuente reporta cierta resistencia de los zapotecos a ser intervenidos, debido al origen atribuido a la enfermedad, así como a la autoridad y respeto de que gozan sus terapeutas y los procedimientos que practican para su curación; por otro lado, dudan de la efectividad del procedimiento médico y temen enfrentarse a un instrumental desconocido; finalmente, desconfían del médico foráneo, cuya capacidad, simpatía y comprensión son puestas en tela de juicio (3). En 1987, Bevan también refirió un franco rechazo al tratamiento médico de la onchocercosis en poblaciones chinantecas de Oaxaca (4).

Índice de Autores

(1) Werner, D., 1976.

(2) Padrón Puyou, F., 1956.

(3) Fuente, J. de la, 1941.

(4) Bevan, B.. 1987.

(5) Rioja, E. et al., 1975.

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