Los yaquis de Sonora llaman así a un padecimiento cuyo síntoma principal es un intenso dolor a la altura de las sienes y la nuca, molestia que se repite diariamente a la misma hora.
Se concibe como el resultado de recibir un viento frío cuando se está en un lugar caliente: "el aire penetra por los poros hasta llegar a las venas y sube a la mollera".
Para su curación, hay que buscar la asistencia de un sobador especializado quien dará un masaje en las sienes de abajo arriba, estimulando las venitas y jalando el cabello "hasta que truene" el cuero cabelludo. Algunos sobadores se valen de sustancias grasas que les permiten deslizar mejor las manos durante la terapia (1).
(1) Zurroza Ceballos, O., 1985.