Ceremonial otomí de San Pablito, Puebla, para purificar el agua, evitando así la aparición de enfermedad (1 a 3).
Los otomíes reconocen que la disentería es producto de la ingestión de agua contaminada. Según Christensen, reporta que la contaminación se debe al enojo del espíritu del agua (2). Mientras que para Sandstrom, son espíritus malignos los que se introducen en el agua y provocan su contaminación (1) (V. costumbre).
El especialista realiza una barrida o limpia a orillas del pozo o manantial (1) (3) y después entierra una figura de papel azul, color que simboliza el agua, junto con un huevo y ceras. Baila mientras canta y quema copal. Finalmente, adorna el pozo con figuras de papel de diferentes colores que representan a la flor, la puerta, y el guardián del cielo (3).
(1) Sandstrom, A. R., 1981.(2) Christensen, B., 1942.(3) Christensen, B., 1953.