Sinónimo(s): viborero (1). Lengua Indígena: Mixe tsa´añ tsoybø (2).
Terapeuta de la medicina tradicional especializado en el tratamiento de las mordeduras de culebra y otros animales ponzoñosos. Es el caso de los culebreros de Sayula y Soteapan, Veracruz, quienes atienden las mordeduras de víbora y de araña capulina (2 y 3). En Hidalgotitlán, Veracruz, la función del culebrero no se circunscribe a la terapéutica, ya que también es llamado para "descolmillar" a las víboras con el fin de prevenir pérdidas en la actividad ganadera, y evitar que las prácticas agrícolas se tornen riesgosas para el campesino (4).
Las fuentes de consulta hacen suponer que estos especialistas se distribuyen entre los grupos mestizos, nahuas, zoque-popoluca y mixe popolucas de Veracruz, así como entre los mestizos, mixes y chinantecos de Oaxaca. En aquellos lugares en donde no existe la especialidad y se presenta una demanda real para la atención de estos accidentes, la función del culebrero es cubierta por otros médicos tradicionales.
Olavarrieta menciona que en los Tuxtlas (Santiago, San Andrés y Catemaco) se ha observado una notoria disminución del número de culebreros, debido al acelerado proceso de urbanización y a la consecuente disminución en la frecuencia de estos accidentes (5). Las mismas observaciones son reportadas por Módena para la cabecera municipal de Hidalgotitlán (4). A pesar de ello, la importancia de estos especialistas sigue siendo relevante en aquellas localidades en que el trabajo del campesino es amenazado por la presencia de estos reptiles.
La iniciación y aprendizaje de los culebreros conlleva una fuerte carga cultural, sin dejar de lado el aspecto técnico. En algunos lugares esta actividad está restringida a los hombres, ya que se considera a la mujer de naturaleza débil, y para pactar con la víboras no se debe tener miedo (4) (5); no obstante, en Usila, Oaxaca, se reporta la existencia de mujeres que se dedican a esta especialidad (6).
Entre los culebreros de los Tuxtlas, es necesario haber nacido predestinado. Para el aprendizaje de las plantas útilesen sus terapias, el iniciado deberá presenciar durante la Cuaresma un "experimento de curación de culebra a culebra", en donde una traga a la otra y luego la arroja; la culebra devorada busca entonces en la vegetación circundante, aquellas plantas que han de curarla de la mordedura del reptil. El iniciado tendrá la tarea de identificar de qué plantas se trata y de colectarlas (5) (7).
En Hidalgotitlán, el aprendizaje se recibe por herencia familiar o a través de un maestro. Son dos los aspectos cognoscitivos que debe manejar el iniciado para poder ejercer como culebrero: primero, la composición de los preparados medicinales, conocimiento que se adquiere en la práctica por medio de las colectas y preparación de medicamentos en compañía del maestro; segundo, las oraciones llamadas secretos que se pronuncian durante la preparación de dichos medicamentos, en la llamada de la víbora y en la curación (4). Al igual que en Sayula, la iniciación se lleva a cabo mediante una ceremonia en la que los aprendices son sometidos por su maestro a ciertas experiencias que den fe de que ha perdido el miedo, aunque numerosas culebras repten por su cuerpo (3 y 4). Se considera a los culebreros protectores de las víboras porque han pactado con ellas, las dominan, las castigan, las atraen, pero no las atacan ni éstas los atacan a ellos (3) (6) (8).
Los procedimientos y técnicas terapéuticas más comúnmente practicados por los culebreros pueden agruparse en: a) medidas destinadas a impedir la difusión del veneno, por medio de la aplicación de torniquetes (5), o extracción del veneno por diversos medios: chupando o succionando (2), aplicando sangrías (2) (5), emplastos y cataplasmas (5), o bien por medio de baños de vapor con hierbas (6); b) cauterización de la herida con fuego u objetos calientes (4); c) medidas para neutralizar los efectos del veneno, que consisten en la ingesta y aplicación local de remedios herbolarios (1) (3 a 7).
En los Tuxtlas, los viboreros nahuas y zoque-popolucas, así como los de Hidalgotitlán, realizan las colectas del material herbolario una vez al año, el primer viernes de Cuaresma, ya que tratar con víboras "es cosa del diablo". El último viernes proceden a preparar un polvo medicinal, la contra, que envasan para utilizarlo cuando se requiera (5). A lo largo de las colectas, preparación del medicamento y terapias, el culebrero debe observar abstinencia sexual y ayunos, y realizar ceremonias habituales para potenciar "la fuerza de la medicina" y el efecto del tratamiento (1) (3) (5) (V. tiempo de figuras). Con la misma finalidad, los culebreros de Hidalgotitlán hacen reptar una víbora sobre las hierbas colectadas mientras pronuncian los secretos. Entre los mixes de Oaxaca, una vez terminado el tratamiento, ejecutan algunas ceremonias para evitar que el paciente vuelva a ser atacado por un animal ponzoñoso (2). Todo esto es clara manifestación de la fuerte carga mágico-religiosa que tienen las prácticas de los culebreros, particularmente las de aquéllos de edad avanzada. Módena hace notar que las actuales generaciones cuestionan esta carga mágico-religiosa y dan mayor peso a las habilidades técnicas de estos profesionales.
(1) Mata Pinzón, S., 1984.(2) Reyes Gómez, L., 1984.(3) Guiteras Holmes, C., 1952.(4) Módena, M. E., 1978.(5) Olavarrieta Marenco, M., 1977.(6) Weitlaner, R. et al., 1973.(7) Ramírez Hernández, A. et al., s/f.(8) Münch Galindo, G., 1983.