Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Ensalmo

Lengua Indígena: Náhuatl tapopoch-uilisti (1).

Oraciones que se rezan con fines terapéuticos. // Ceremonia curativa y preventiva en la que los rezos constituyen el recurso fundamental, y que es complementada con otros procedimientos curativos.

El término tiene su origen en la palabra castellana salmo, y ésta a su vez viene del latín salmus, que hace referencia a los himnos o cánticos hebreos, Los Salmos, contenidos en el Antiguo Testamento. Estas composiciones son verdaderas alabanzas y plegarias a Dios, en un lenguaje poético y metafórico; algunos claman por la protección contra el malvado y opresor, la liberación del alma en sufrimiento, y la curación del cuerpo y alma del enfermo.

En los Tuxtlas, Veracruz, el ensalmador oficia la ceremonia para atender diversas enfermedades, en especial el mal de ojo y espanto o susto. Como ejemplo ilustrativo, se describe la forma en que algunas ancianas nahuas veracruzanas de Mecayapan efectúan el tapopoch-uilisti o ensalmo, para tratar esta última afección.

Primeramente la ensalmadora confirma el diagnóstico mediante un interrogatorio en el que descubre los posibles eventos que sobrecogieron al paciente y en consecuencia, el lugar o lugares en que fue capturada su alma por los chaneques -entidades sobrenaturales dueñas de la tierra, el agua y la naturaleza-. Paso seguido, sahuma al enfermo y determina cuántos de estos sustos pudieron afectarlo, dejando caer siete trozos de copal en un recipiente con agua; los que caen en el fondo indican el número de lugares donde la persona se espantó. Luego la terapeuta verifica el pulso del paciente, tomándolo en las palmas de las manos y coyunturas de los brazos, lugares en que radican los corazones del espíritu; "si la vena no late" en algún sitio, dictamina un espanto de gravedad, pues el alma del paciente "se está poniendo triste por estar encerrada". Y así, palpa el pulso en ambas manos mientras pronuncia ciertas oraciones suplicando, y a veces, ordenando con energía a los captores que suelten el alma a cambio de ofrendas de su agrado. El ensalmo se repite durante siete días consecutivos, durante los cuales el enfermo debe permanecer en casa, en un ambiente silencioso y tranquilo para propiciar el regreso del espíritu al cuerpo; cualquier ruido o estímulo externo podría nuevamente asustar al paciente y complicar el reingreso de su alma al cuerpo. La ceremonia concluye con la ofrenda prometida a los chaneques, por lo común un pollo cuyo espíritu equivale al alma liberada (1 y 2).

Ilustra el caso el siguiente ensalmo, en su acepción de plegaria, cuyo texto original está en lengua náhuatl.

Ustedes viejos terrones de tierra,
ahí en el cántaro donde lo tienen
encerrado a mi único hijo, suéltenlo
para que venga aquí a la casa.
Yo ya no quiero que ustedes lo sigan
haciendo sufrir a mi único hijo.
Ustedes viejos terrones de tierra,
aquí voy a quemar flores para ustedes,
estas flores amarillas son muy aromáticas.
Algunas se las voy a dar para que se las
pongan en la cabeza.
Si pudieran soltar a mi único hijo
bastantes más flores les íbamos a dar.
Ustedes que viven en el agua, les doy
este pollito para simbolizar la sombra
de mi único hijo.
Suéltenlo a mi hijo, ustedes terrones
de tierra vieja y viento viejo.
Suelten a mi hijo y mándenmelo
para que llegue a su casa
(2:185).

Existen otras oraciones en español, ininteligibles, en las que se mezclan palabras confusas, que han sobrevivido por transmisión oral durante generaciones. Esto parece indicar que fueron de las primeras que se enseñaron a los abuelos cuando comenzaron a hablar el español, quienes las memorizaban tal y como creían escucharlas, y así las trasmitieron (2).

Algunos ensalmos presentan claros rasgos de sincretismo entre elementos católicos y prehispánicos; he aquí un ejemplo:

Domina mi santo dios Chaney Huehuey,
suelta el espíritu de [nombre del paciente]
te prometo una polla negra virgen,
te prometo pero devuelve el espíritu.
Ya después nos veremos,
Ya después platicaremos Jesús.
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
Amén
(3:234).

En diversas localidades indígenas de los Tuxtlas, para ensalmar también se han adoptado ciertas oraciones católicas como el avemaría, el padre nuestro, el credo, la magnífica, y otras plegarias para implorar la curación de los enfermos dirigidas a diversos santos como san Antonio, san Miguel, san Judas Tadeo, san Francisco (protector de los naguales) y san Bartolomé (abogado de los curanderos), entre muchas otras (3).

En poblaciones chontales tabasqueñas, el ensalmo tiene como finalidad proteger a los infantes de males como envidia, brujería y calentamiento de cabeza. Para ello, el ensalmador, también llamado rezandero, lee elLibro de los Salmos o pasajes de la Biblia, y complementa la terapia aplicando aceite en la cabeza del niño y propinándole leves golpecitos con un ramo de hierbas aromáticas; lo frota con loción Faisán y recomienda colocar un listón rojo en la ropa del ensalmado (4 y 5).

Las rogaciones, ofrendas y sacrificios practicados en la época prehispánica son equivalentes a los ensalmos del Viejo Mundo que llegaron con los españoles durante la Colonia, elementos que posteriormente se fusionaron y reinterpretaron. Es así que el ensalmo llega hasta nuestros días, como todo un procedimiento psicoterapéutico en el que el poder de la palabra crea un ambiente apropiado para la recuperación de la salud, donde la fe y disposición del paciente son fundamentales.

Índice de Autores

(1 Ramírez Hernández, A., 1983.

(2) Sedeño, L. et al., 1985.

(3) Münch Galindo, G., 1983.

(4) Delgado Lara, A. G., 1983.

(5) Campos-Navarro, R., 1993a.

SM y MM