En la región veracruzana de los Tuxtlas, persona con capacidad para transformarse en un ave, y que, por ende, tiene el poder de volar. Se piensa que estos seres han entablado un pacto con el demonio y, por lo tanto, su principal ocupación consiste en hacer el mal. Si una persona observa un ave nocturna sobre el techo de su casa por varias noches consecutivas, puede sospechar que se trata de un harbolario que pretende dañar a algún habitante de la casa.

Aunque el término proviene de una deformación de la palabra "herbolario", en esta localidad se hace referencia a un nagual particular, independientemente de que utilice o no hierbas para curar, embrujar o trasformarse. Se dice que los harbolarios se trasforman con mayor frecuencia en tecolotes, tapacaminos y guajolotes, y dicha metamorfosis se realiza sobre todo en noches de Luna llena.

Durante su aprendizaje, el harbolario hace lectura de los llamados "libros malos", entre los que destaca El libro de san Cipriano, no obstante que la revisión del texto no aporta información en cuanto a las trasmutaciones animales (1).

Índice de Autores

(1) Olavarrieta Marenco, M., 1977.

DM