Lengua indígena: Tzotzil umaj (1). Aquél que carece de la facultad de hablar.
Esta carencia se explica de diversas formas en el medio rural. En comunidades de Hidalgo, así como en Tepoztlán, Morelos, y Tepetlaoxtoc, Estado de México, se dice que a los niños recién nacidos no debe cortárseles las uñas ni el cabello hasta que empiecen a hablar, o de lo contrario quedarán mudos (2 a 4). Los tzotziles aceptan que una persona nace muda por voluntad de Dios o porque sus padres se burlaron de un mudo mientras la madre estaba embarazada. Cuando una persona normal pierde el habla, lo atribuyen a la brujería (1). Entre los huastecos de Aquismón, San Luis Potosí, se acostumbra golpear el incensario con una herramienta metálica para evitar que los recién nacidos padezcan este mal (5). Existen algunas creencias en torno a aquellas personas que tienen esta limitación: los huaves de San Mateo del Mar afirman que los niños que nacen sordomudos tienen la facultad otorgada por Dios de poder hablar con los animales (6); los kikapúes de Coahuila dicen que si un sordomudo se pierde, se convertirá en un demonio con hambre insaciable de carne humana (7).
(1) Holland, W. R., 1978.(2) Guerrero Guerrero, R., 1983.(3) Lewis, O., 1968.(4) Campos de García, M., 1973.(5) Laughlin, R. M., 1969.(6) Signorini, I., et al., 1979.(7) Latorre, F. et al., 1976.