Tzotzil, flor grande (1).
Ceremonia que realiza el h´ilol para recuperar el alma, ch´ulel, del enfermo (V. pérdida del alma).En casa del enfermo, el terapeuta rodea su cama con trece manojos de flores, correspondientes a cada una de las partes de su ch´ulel. Designa a cuatro personas para que permanezcan durante cuatro días alrededor de la cama del doliente, después retiran las flores y las depositan en el Calvario, centro espiritual de Zinacantán. Si esto no es posible, los ramos se dejan al menos en algún lugar al este de la casa; el este representa la vida, mientras el oeste simboliza la muerte.
En las creencias zinacantecas, las flores, nichim, están asociadas a un gran número de elementos: el alma, el destino, el día, el Sol, el corazón, la sangre y el aguardiente, posh, entre otros. Metafóricamente, las flores son parte integrante de varios conceptos del yo (el alma, el ojo, la cara, y el corazón). Se emplean en todos los rituales importantes celebrados en los distintos niveles de la organización social, desde la familia hasta la comunidad en su conjunto.
(1) Laughlin, R., 1962.