También madrina de evangelios.
En el Distrito Federal, relación de compadrazgo con un vecino no emparentado, quien lleva a la iglesia al niño enfermo, le regala un escapulario y reza por su salud (1).
En las poblaciones otomíes de San Pedro de Arriba y Temoaya, Estado de México, el padrino de evangelios elegido tendrá que ser del sexo opuesto al del niño enfermo o espantado, a quien llevará a que le hagan una limpia, y después a oír misa para recibir la bendición del sacerdote, concluyendo el ritual con una comida en la casa de los padres del ahijado (2).
Para los ocuiltecos de San Juan Atzingo, Estado de México, las funciones del padrino son muy semejante a las anteriores, a diferencia de que éste solicita al sacerdote que recite uno o algunos de los siete evangelios, y rocíe con agua bendita al niño enfermo de espanto. Si el niño vuelve a espantarse, se acostumbra buscar un nuevo padrino (3).
En la población nahua de Tepoztlán, Morelos, se le pide a una mujer de mala reputación que rece en la iglesia por la recuperación del niño enfermo, convirtiéndose de esta forma en su madrina de evangelios (4).
(1) Lomnitz A., L, 1984.(2) Cervantes Escandón, M. T., 1978.(3) Bushnell Hemstead, J., 1955.(4) Lewis, O., 1968.