Al agrupar las causas de demanda de atención que se mencionaron al describir el trabajo de los distintos tipos de terapeutas, se obtiene un cuadro bastante amplio y complejo, con claro predominio de los síndromes de filiación cultural. Destacan -mencionadas aquí por orden de frecuencia descendente-: susto (V. espanto), mal aire, sombra de muerto, embrujado o brujería, mal ojo, empacho, caída de mollera, mollera de agua, ausencia de algún familiar, dolor en el cuerpo, envidia, hechicería, levantamiento de cama, trabajo negro, protección, mal viento, dolor (por maldad de enemigos) (V. dolor por hechicerías) y no poder dormir (por una maldad). Se asocian a estos cuadros las solicitudes de rituales y de realización de promesas. Ligeramente menos numerosas son las afecciones inherentes a la reproducción, parto y posparto, y, en general, las causas de carácter ginecoobstétrico: atención de parto, sobar o mantear a la embarazada, acomodar al bebé, hinchazón de la matriz, cáncer de la matriz, (mujeres que sienten) dolores en la cadera y piensan que van a abortar, parto difícil, sangrado después del parto y dolores en el vientre, placenta que se queda adentro, control del embarazo, niño recién nacido que llora mucho, dolor de ovarios, prevención del aborto y quemada de parto. Destacan también las afecciones musculoesqueléticas y las gastrointestinales: torceduras, reumas, quebraduras, estiramiento (V. estiramiento de cuerdas), acomodar huesos, dolor de huesos y venteados, por una parte, y diarrea, vómito y disentería, por la otra. Además, fueron mencionadas las siguientes afecciones que no se incorporaron a grupos definidos de causas: calentura, alcoholismo, enfermedad de las tepas, personas desahuciadas, hemorragia, recaídas, hinchazón de cuajo, cuajo, granos, cáncer, infecciones, punzada de cabeza, paño, trastornos mentales y llagas.
Finalmente, el análisis de la morbilidad permitió obtener información específica sobre aquellos trastornos que los totonacos consideran graves y que pueden o no ser tratados con los recursos de la medicina tradicional: susto (V. espanto), empacho, caída de mollera, envidia, embrujados o brujería, dolor de cuerpo (causado por un enemigo) (V. dolor por hechicería) y no poder dormir (a causa de una maldad). Las afecciones ginecoobstétricas inciden de manera alarmante en la mortalidad del grupo, lo que queda de manifiesto en la lista de las causas que se consideraron graves: hinchazón de la matriz, no apuran (no se controla adecuadamente) el parto (el término del periodo del embarazo) y se les muere el bebé, debilidad después del parto, la placenta que se queda adentro, les baja mucha sangre después de nacer el niño, porque (las parturientas) se hinchan, niños que mueren a los seis o siete meses por un antojo, partos en señoras de (o mayores de) 40 años, mala posición del feto y quemada de parto. Se enfatizó también la importancia que tienen ciertos enfermedades gastrointestinales, que cuando se complican pueden conducir a la muerte: diarrea, diarrea y vómito, y disentería. Finalmente, se señalaron también: alcoholismo, dolor de cabeza, agotamiento de la sangre (nicaly calni), caída de gran altura, tuberculosis, hemorragia, enfermedad de las tepas, (el estado general de las) personas desahuciadas y venteados.
En las siguientes páginas se describen algunas causas de demanda de atención importantes en la medicina tradicional totonaca.