Tarahumara (1). Trozo de carrizo o caña hueca utilizado por el terapeuta tarahumara, owirúame, para succionar diversos objetos introducidos en el enfermo por acción de brujería.
En 1930, Bennett y Zingg describen una curación en la que un hechicero hace uso de este instrumento:
... el tubo succionador es una caña hueca de cinco pulgadas llamada bakáka´. Se usan tres tubos en forma alternada. El hechicero coge un tubo distinto para cada aplicación de succión, transporta estos objetos en una bolsa de cuero, en la que lleva todo el equipo de trabajo. Las sustancias escupidas son semillas, sangre, máculas de herrumbre, materia vegetal, salivazos de diferentes colores y gusanos. Se dice que estos últimos están vivos y se mueven. El salivazo generalmente es soplado por el tubo y cae dentro del recipiente sostenido por el ayudante, luego el cuenco es transportado en un recorrido ceremonial de tres círculos alrededor del fuego y enterrado en las cenizas (1:405).
Por su parte, Grinberg refiere que una vez localizada la parte corporal afectada por la enfermedad, el owirúame la frota con tesgüino; en seguida mueve su mano izquierda con el fin de reunir en un punto el mal, y luego succionarlo con la caña.
... coloca el carrizo en su boca y lo acerca a la piel desnuda del enfermo, inhalando fuertemente. Si la acción terapéutica tiene éxito, en la boca del ogüiruame aparecerá una pequeña piedra, un gusano u otro objeto... (2:183-184).
Más adelante, el mismo autor hace notar que este instrumento también es usado en el diagnóstico cuando el enfermo padece del pecho o de la cabeza; y señala que "chupa con el carrizo y sueña, curando a través del espíritu" (2).
(1) Bennett, W. C. et al., 1978.(2) Grinberg-Zylberbaum, J., 1988.