Acción o efecto de bañar o bañarse, es decir, inmersión total o parcial del cuerpo en un medio líquido o gaseoso, con fines higiénicos y terapéuticos. // Construcción o lugar donde se realiza el baño.
Tanto para la medicina tradicional como para la medicina académica los baños juegan un papel muy importante en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades.
Los baños ayudan a controlar la salud física: relajan, refrescan, reconfortan y facilitan las funciones orgánicas del paciente al beneficiar la respiración, estimular los órganos endocrinos, mejorar la circulación, aliviar el dolor, así como activar los órganos de purificación y eliminación que realizan la limpieza del cuerpo, como hígado, pulmones, riñones y piel.
En los baños se utilizan medios líquidos, generalmente agua simple, a la que en algunos casos se agregan cocimientos de plantas con propiedades medicinales. Son administrados en habitaciones especiales, cerradas, limpias y ventiladas. Su temperatura, modo de aplicación y duración son variables. El baño puede ser general ?en todo el cuerpo? o local ?abarcando sólo una parte del mismo?. Puede también ser caliente, frío o tibio. Cuanto más caliente o frío sea un baño, mayor será su efecto terapéutico. En algunos casos, es necesaria la combinación de baños de temperatura opuesta para lograr efectos más positivos.
Si la temperatura del agua oscila entre 10 y 32°C, el baño se considera frío; si oscila entre 33 y 38ºC, templado; entre 38 y 42ºC, caliente; y cuando es superior a 42º C, hirviente.
La temperatura ejerce importantes efectos terapéuticos en el paciente. El baño frío produce escalofríos y provoca una brusca contracción de los capilares, aumentando el pulso y la presión arterial; al poco tiempo se manifiesta una relajación muscular. La pérdida de calor en un baño frío es considerable y, a veces, proporcional a la temperatura del agua. El baño frío es un agente físico terapéutico poderoso: actúa como antitérmico, excitante del sistema nervioso y modificador de la circulación sanguínea. Es indicado en enfermedades febriles infecciosas, en las del sistema nervioso y en trastornos de la circulación. Generalmente dura pocos minutos y es acompañado de fricciones enérgicas en todo el cuerpo para obtener mejores resultados (V. tallar).
En el caso del baño caliente, es conveniente empezar con una temperatura baja e ir aumentándola gradualmente. El agua caliente provoca dilatación y relajación de los tejidos muscular y nervioso, y aumento del calor corporal. La estimulación del sistema nervioso simpático intensifica el metabolismo celular, y acelera el pulso y la circulación sanguínea. La elevación de la temperatura del cuerpo ayuda a la transpiración. El uso frecuente de baños con agua caliente, reblandece la piel, haciéndola más sensible a estímulos externos, y está indicado en procesos inflamatorios, articulaciones rígidas, etcétera (V. baños relajantes).
En aguas que sobrepasen una temperatura de 42º C, el paciente se debe introducir poco a poco, retirándose rápidamente, repitiendo la operación con lapsos cada vez más largos, hasta que el cuerpo se acostumbre y pueda quedarse sumergido por más tiempo. El mecanismo de acción es semejante a los baños calientes, pero su efecto es más fuerte, sobre todo en procesos inflamatorios e infecciosos como heridas, maduración de forúnculos, "uñeros", parálisis central y periférica, etcétera.
Los baños de vapor son una variedad de baños calientes, realizados en habitaciones cerradas. El vapor se puede obtener mediante el uso de calderas, hirviendo agua dentro de la habitación o calentando piedras al rojo vivo, con lo que se alcanza una temperatura entre 50 y 60° C (V. baño de calor y baño con agua de piedra) La alta temperatura y la humedad que se producen son importantes porque estimulan todas las funciones orgánicas por sobrecalentamiento, y provocan una sudoración abundante que ayuda a eliminar toxinas y sustancias residuales como el ácido úrico, actúan como sedantes del sistema nervioso y estimulantes del metabolismo, y facilitan la función respiratoria y la transpiración. También activan la circulación, lo que favorece una excelente relajación muscular. Por todo esto, los baños de vapor son recomendados para evitar anquilosamiento de las articulaciones del cuerpo (V. baño de vapor y baño para después del parto).
Los baños de aire seco son otra variedad de baños calientes; el paciente permanece en un cuarto caliente en donde la temperatura aumenta desde 40 a 100 ºC. Provocan efectos similares a los de un baño de vapor, favoreciendo intensa sudoración, circulación corporal, estimulación del sistema nervioso y, en general, de todas las funciones del organismo (V. baño de sudor y levantamiento sobre el fuego).
Los baños parciales son aquellos en los que sólo se sumerge, en agua fría o caliente, una parte del cuerpo. Actúan localmente provocando un flujo sanguíneo, con modificaciones circulatorias locales y reflejas (V. baño de tina). De acuerdo con la región tratada, reciben diferentes denominaciones; lavados de los ojos (oculares), baños de manos y brazos (maniluvios) y de los pies (pediluvios).
Los baños de ojos también llamados "lavados de ojos", son recomendados para tratar procesos infecciosos como lagañas, entre otros. Para las manos y brazos, los baños se aplican con agua de 36 a 38 C y una duración aproximada de 10 minutos; se recomiendan para procesos inflamatorios reumáticos. Actúan también por reflejo sobre el corazón y los pulmones; son indicados en casos de bronquitis, asma y trastornos cardiacos. Otro tipo de baño parcial muy usado es el de pies, con temperaturas frías o calientes. Actúa modificando la circulación arterial y venosa, sobre todo en el área de piernas y pelvis, incluyendo intestino y glándulas sexuales. Es recomendado para dolores reumáticos y estimulación de la circulación, sobre todo en casos de hipertensión. El baño de pies disminuye el agotamiento general, la debilidad de las piernas y el cansancio. También es recomendado para bajar la calentura provocada por procesos infecciosos y hemorroidales. El baño de asiento, también llamado semicupio, es otro tipo de baño parcial de acción selectiva sobre órganos pelvianos, recto, ano, próstata, genitales femeninos, etcétera. El enfermo permanece sentado, quedando sumergidas en un recipiente las regiones glúteas, perianales y genitales. Popularmente es utilizado después del parto para "desinflamar la matriz" y que ésta vuelva a su lugar.
Como parte importante de la terapia, se recomienda reposar después de tomar cualquiera de los baños antes mencionados.
En todos ellos pueden emplearse sustancias medicamentosas, resinas o esencias aromáticas, haciéndolos más agradables y proporcionando mejoría a determinadas dolencias.
En la actualidad los procedimientos utilizados por diversos grupos indígenas son básicamente dos: el primero es un tipo de baño seco por cercanía al fuego en un lugar cerrado, cuya finalidad es provocar un aumento en la sudoración del paciente; el segundo se realiza con la producción de vapor de agua, casi siempre al rociar con agua piedras previamente calentadas al fuego. En algunos casos se menciona la combinación de ambos. El primero se reporta entre los tzeltales de Amatenango, Chiapas, quienes lo denominan levantamiento sobre el fuego, y entre los tarahumaras quienes lo conocen como baño de sudor. El segundo existe en prácticamente todo el territorio mexicano, aunque con diversas modalidades y finalidades; se conoce como el torito o baño de temazcal. Ambos tienen una función terapéutica (1 a 4).
Como en muchas otras culturas, entre los pueblos indígenas de México el baño es visto como elemento purificador. Así, al bautizo se le llama también baño ceremonial, y en algunos lugares se da al recién nacido un baño simbólico para alejar de él la enfermedad y los malos espíritus (V. baño de la criatura). Por otro lado, el baño de temazcal o baño indígena tradicional es, desde la época prehispánica, el medio para que la puérpera y el enfermo renazcan y sean purificados.
(1) Enciclopedia universal ilustrada europeo americana, 1986.(2) Hans, H., 1991.(3) Diccionario terminológico de ciencias médicas, 1968.(4) Bowman W., C. et al., 1985.