La esencia vital se puede perder por un accidente, caída o susto; o bien, ser robada por un hechicero o "recogida" por los dioses cuando la edad del individuo es ya avanzada.
Ante esta eventualidad, el enfermo sufre desmayos, depresión e indiferencia al medio, entre otros trastornos. La recuperación del alma o cupuri, se logra por medio de complicadas ceremonias, en las que el curandero huichol, mara´akáme, desarrolla un papel muy importante (1).
(1) Vázquez Castellanos, J. L., 1987.