En Papantla, Veracruz, ceremonia para agradecer a las "abuelitas parteras fallecidas" y a los dioses por haberle brindado la vida (espíritu) al recién nacido.
Durante su realización, la partera reza y pasa una pollita (si es niño), o pollito (si es niña), por el cuerpo del bebé, a los ocho días del nacimiento. Al finalizar, entierra en los alrededores de la casa al animal vivo junto con cuatro hojas de aguacate (Persea americana), cuatro huevos, una hoja de tabaco (Nicotiana tabacum), un diente de ajo (Allium sativum) e incienso (V. cuarentena).
Con este ritual se brinda a los espíritus malignos el alma del animal a cambio de la del recién nacido y se evita que hagan daño a la criatura (1) (V. alma).
(1) Velazco Domingo, F. et al., 1986.