Sinónimo: levantada del alma (Pue) (1).
Ceremonia realizada por los curanderos nahuas poblanos, destinada a recuperar el tonalli, soplo anímico, que da vida al individuo (V. pérdida del alma).
Mediante plegarias, el rezandero invoca a los santos católicos y a los señores dueños del agua y del fuego, para que liberen el alma del enfermo (V. espanto de agua y espanto de fuego). Elabora una mezcla de tabaco (Nicotiana tabacum), sauco (Sambucus sp.), (Scutellaria sp.) y nuez moscada; la pone al fuego y le añade aguardiente; después, la amasa hasta obtener una pasta que aplica sobre las articulaciones del enfermo. El terapeuta llama por su nombre al enfermo, dirigiendo su voz hacia el interior de unas ollas que contienen agua, o bien golpea en el suelo con una vara. Auxiliado por los santos y los señores dueños del agua o del fuego, asegura ver el rostro del enfermo reflejado en el agua, lo cual le permite, si la imagen es clara, saber si el individuo se recuperará. Mediante rezos y plegarias logra restablecer la salud del paciente.
Los nahuas prehispánicos diagnosticaban la pérdida de la sombra o del tonalli dedicando invocaciones a la diosa del agua. El curandero colocaba sobre el suelo, una jícara honda con agua, acercando la cara del niño y diciendo:
Ea ya, ven, mi Madre Piedra Preciosa,o la de las nahuas y huipil de piedras preciosas,la de las nahuas y huipil verde,la Mujer BlancaVeámosle a este cuitado niñosi padece por haberlo desamparado su estrella,su hado o su fortuna (tonalli) (2:74).
Si la imagen de su rostro era oscura, entonces había perdido su sombra. Para restituir el hado, invocaba nuevamente a la diosa del agua, al dios del fuego y a la diosa de la tierra. Al terminar las plegarias, y después de haber localizado el tonalli, el terapeuta tomaba agua con la boca y rociaba la mollera del paciente para restituirle el soplo anímico y con ello la salud (2).
(1) Cifuentes, E. et al., 1989.(2) Quezada Ramírez, N., 1989a.