Lengua Indígena: Tzotzil totik bolom, nuestro padre jaguar.
Santo encargado de custodiar las diversas ánimas de los pobladores tzotziles de San Juan Chamula. A juicio de éstos, el alma se compone de cuarenta representaciones: trece partes del ch´ulel o entidad anímica alojada en el interior del cuerpo humano; veintiséis alteridades animales, trece de las cuales habitan un cerro aledaño llamado Tzontevitz, y trece cuya morada es la tercera franja celeste (V. chanul, tona y nagual); y una vela llamada ?ora, consustancial del ch´ulel, también ubicada en la tercera manta del cielo. La deidad es uno de los totilme?iletik o dioses empíreos, y se manifiesta de dos formas, una superior y otra inferior. La primera es su imagen celeste, y la segunda corresponde a su efigie terrestre. En la cúspide del cerro Tzontevitz, san Jerónimo menor vigila a los animales compañeros de los chamulas, protegiéndolos de todo percance dañino, pues para ello tiene a su disposición un corral. Esta situación se duplica en el nivel más alto del cosmos, donde el patrono, en su figura cimera, custodia también las ?oras de los mortales.
Gossen sugiere un sincretismo para explicar el desempeño del apóstol en la cosmovisión tzotzil. Puesto que la iconografía española generalmente lo muestra con un león a sus pies, se convirtió en el patriarca católico más idóneo para ocupar el lugar dejado por el dios prehispánico que velaba por los animales acompañantes, y cuya representación era el jaguar (1).
(1) Gossen, G. H., 1975.