Al igual que entre otros grupos indígenas del país, entre los huastecos se considera que la mujer que espera un hijo debe acudir con la especialista -la partera- para un control de su embarazo, por lo menos una vez cada 15 días, ya que esto constituye la mejor manera de asegurar un parto exitoso. El principal propósito de estas visitas es el de recibir una "boleadita", es decir, una sobada en el vientre, que se hace con ayuda de aceite comestible, y cuya finalidad es ir acomodando gradualmente al niño en una posición idónea. En la primera consulta la partera determina el sexo del producto, al mismo tiempo que establece la fecha de su nacimiento; este último dato se obtiene sumando nueve meses más un día y una noche, a la fecha de concepción.
Durante el embarazo, la mujer puede sufrir algunas complicaciones, derivadas muchas veces del hecho de no haber acudido con regularidad a la partera, para ser revisada y aconsejada sobre la necesidad de observar determinadas pautas de conducta. Los problemas que pueden suscitarse a lo largo del embarazo están vinculados a la mala posición del niño, la amenaza de aborto y el nacimiento de gemelos, entre otros; varias de estas complicaciones constituyen causas de muerte de la mujer embarazada, si no recibe atención médica oportuna (V. anemia).