Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Limpia con huevo

Procedimiento diagnóstico, curativo y preventivo en que se frota un huevo sobre el cuerpo del paciente para detectar o expurgar el mal.

Dicho acto ejerce dos acciones: la de realizar la diagnosis del padecimiento (1 y 2) y la de curar por medio de la absorción de la enfermedad (3). En algunas regiones, particularmente en los Tuxtlas, Veracruz, sirve para prevenir la mala suerte y como salvaguarda de influencias nocivas (4). Existen otros casos en los que los huevos son ofrendados a las deidades para deshacerse de un maleficio (5).

Se emplea especialmente en aquellas enfermedades en las cuales el paciente ha perdido alguna entidad anímica (V. pérdida del alma); se le ha introducido un mal aire o algún objeto mágico enviado por un hechicero (6) (V. kutsúrhentani), o bien, en casos en los que han estado en contacto con personas que han manifestado sentimientos negativos o una mirada fuerte (7 y 8) (V. envidia y mal de ojo).

Es una de las prácticas ampliamente conocidas dentro de la medicina doméstica, y puede llevarla a cabo el ama de casa o cualquier otra persona, salvo en circunstancias donde la enfermedad ha sido provocada por un brujo.

Los métodos son variados, y en ocasiones los terapeutas utilizan otros recursos para lograr su propósito. Por ejemplo, para extirpar el mal, el especialista morelense de filiación indígena inicia la curación con una piedra de copal, con la que talla vigorosamente el cuerpo del enfermo. Mientras tanto, escupe en el suelo y reza plegarias en náhuatl. Enseguida le "palmotea" la cara, la nuca, la parte superior del tórax, el estómago, la espalda y, por último, los brazos. Toma un huevo y con nuevos rezos empieza a frotar las partes que antes "palmoteó". Rocía finalmente un poco de alcohol con las manos, sobre el pecho, la espalda, la cabeza, la nuca y los brazos (1). En Morelos se refiere también otro tratamiento, en el cual el curandero limpia el huevo con alcohol y lo frota con suavidad, con movimientos rotatorios sobre diferentes zonas del cuerpo del doliente (8).

La detección de un tipo específico de enfermedad se observa en las características que presenta el huevo una vez que se vierte en un vaso de agua. Por ejemplo, cuando la clara se torna amarilla, el paciente presenta dolencias causadas por calor, pero toma un color blanco cuando son causadas por frío. Si aparece "como algodón blanco" en la parte superior, y color amarillo en su parte inferior, se diagnostica pasmo (2). En Chimalhuacán, Morelos, cuando se trata de mal de ojo, se forma un enorme glóbulo de aire en la clara que no sale a la superficie; en cambio, cuando el mal es por aire, se observa un remolino lleno de burbujas (2).

En la región de los Tuxtlas, el curandero enciende copal, coloca al enfermo frente al altar, y lo talla con un huevo de rancho, haciendo movimientos de arriba abajo sobre la frente, nuca, brazos, codos, muñecas, rodillas y tobillos. En seguida, rompe el huevo y vierte su contenido en una vaso de agua para diagnosticar el mal. Si aparecen formaciones blancas en gran cantidad, la enfermedad es grave, siendo necesario realizar un mayor número de limpias (4).

En Charapan, Michoacán, el terapeuta toma un huevo de guajolote y lo pasa por el cuerpo desnudo del paciente. Después lo rompe en un plato de barro, observa las formaciones y su coloración; que la yema sea de color verde o rojo es señal de que el paciente tiene un daño, y hace necesario repetir el procedimiento hasta extraer completamente la enfermedad (6).

Los huaves de Oaxaca emplean huevos de gallina negra para curar a los enfermos de mal de ojo; explican ellos que el color negro se relaciona con la oscuridad y anula el poder de la mirada fuerte, atributo de quien provoca el malestar (9). En ocasiones, para realizar un diagnóstico, se colocan huevos crudos debajo de la cama del paciente durante toda una noche. Al siguiente día se rompen y se observan los indicios presentes en la yema y en la clara (8) (10).

Para Anzures, el huevo crudo utilizado trasmite al individuo la vida que germinalmente tiene en sí (10). En cambio, Scheffler opina que el "mal" pasa mágicamente a los objetos empleados (11). Estos rituales ejercen un efecto psicológico, relajante y posiblemente hipnótico sobre el paciente. El uso de una gran variedad de objetos sagrados ayuda a eliminar las "vibraciones negativas". La entonación de rezos y plegarias refuerza las creencias religiosas y da confianza al enfermo, quien siente que puede renovarse y recuperar sus energías (7). Por lo tanto, es menester que tenga fe; de no ser así, la terapia será infructuosa (11). Al finalizar la limpia, el especialista recomienda que la persona guarde reposo y no se exponga al aire.

Índice de Autores

(1) Zurroza Ceballos, O., 1985.

(2) Campos, M. del, 1979.

(3) Baytelman, B., 1986.

(4) Arganis Juárez, E., 1984.

(5) Ichon, A., 1973.

(6) Velázquez Gallardo, P., 1949.

(7) Trotter, R. et al., 1978.

(8) Grinberg-Zylberbaum, J., 1987.

(9) Signorini, I. et al., 1979.

(10) Anzures y Bolaños, M. del C., 1972.

(11) Scheffler, L., 1988.

VG y DM