Esta enfermedad de la población femenina se produce por hacer esfuerzos físicos considerables, tales como levantar cosas muy pesadas, aunque también puede ser consecuencia de golpes recibidos. Ocurre con más frecuencia en las mujeres que han tenido muchos hijos.
La matriz se cae porque "se afloja", y empieza a asomar a través de la vagina como si fuese "una bombita". La mujer siente dolor en la cintura, en la cadera y "en su parte", esto es, en sus órganos genitales; también presenta ardor al orinar y al caminar. El diagnóstico se establece mediante una revisión, que permite constatar que la matriz se encuentra salida. A veces ocurre que la matriz se ha soltado pero aún no ha salido; en estos casos, la enferma presenta un signo característico: tiene sangrado vaginal, mismo que indica al terapeuta que el útero se acaba de desprender.
El tratamiento empleado tiene la finalidad de "meter" nuevamente la matriz a su lugar, para lo cual la mujer debe ser sometida al siguiente procedimiento: colocada con los pies hacia arriba, es sacudida con firmeza unas tres veces, después de lo cual la terapeuta empuja la matriz hacia adentro; enseguida, busca los ovarios y soba suavemente para lograr acomodarlos; por último, le da "una cerrada", es decir, le envuelve una manta alrededor del cuerpo y, tomando dicha manta de los extremos, la va "jalando", mientras la desplaza hacia los pies de la enferma (V. mantear). Después de la terapia, que se realiza una sola vez, la paciente debe guardar reposo por 40 días. Durante todo este tiempo, se le administra dos veces al día, antes del desayuno y después de la cena, un té preparado con "fachinole", hierba del cáncer y cuachalaca.
Cuando el desprendimiento del útero es reciente, el procedimiento empleado es diferente. Primero se le da una sobada en el vientre, de abajo hacia arriba; después, la mujer se acuesta boca abajo y la partera "la sacude tres veces", tomándola por las piernas; enseguida le soba nuevamente el vientre, y le revisa esta zona del abdomen para constatar "que ya cayó la matriz", esto es, que ya el útero ha regresado a su lugar; cuando la matriz está en su lugar de origen "se siente blandito el vientre", señalan las terapeutas. Para concluir el tratamiento, la partera acuesta y faja con un trapo o ceñidor a la enferma y le da a tomar un té de hierba de macho, en dosis de un vaso dos veces al día, durante tres días.
La caída de matriz es una enfermedad peligrosa, especialmente cuando cursa con sangrado, ya que en estos casos la mujer corre el riesgo de morir desangrada. Se puede prevenir si se usa una faja, sobre todo cuando se realizan trabajos pesados.