La "soplada", llamada popularmente reayan-nía, es una causa de demanda de atención de los habitantes de las comunidades triquis. Se trata de una forma de limpia que la población adulta de este grupo solicita a sus terapeutas con el propósito de prevenir las enfermedades, así como curar algunas de ellas. Es una práctica de tipo mágico-religioso, que funciona mediante mecanismos de eficacia simbólica. Entre las afecciones para las cuales los triquis estiman que requieren de una soplada, se encuentran: el mal de ojo, el espanto, el mal aire, la falta de apetito y la tristeza.
La soplada, al igual que cualquier otra forma de limpia, tiene la finalidad de eliminar del cuerpo del paciente el mal que lo está enfermando. Muchas veces, el terapeuta desea que la práctica sea más efectiva, lo cual se consigue haciendo sudar primero al sujeto. Es por esto que generalmente el procedimiento se ejecuta después de una terapia que tiene como objeto propiciar la sudoración del enfermo. Para ello, el curandero hierve "polvo real" con hojas de tabaco, unta el líquido caliente en todo el cuerpo del paciente, y lo cubre enseguida "para que sude". Luego mastica un trozo de hoja de tabaco, hace un buche de aguardiente o mezcal, y lo lanza sobre el enfermo "para que se vayan los malos espíritus".