(BC) (1) (DF) (2) (Edo Mex) (3 y 4) (Mor) (5) (Oax) (6) (7) (Pue) (8) (Ver) (9). Sinónimo(s): escorbuto (Edo Mex) (4), mal de algodoncillo (Ver) (10), mal de boca (Pue) (8) (Ver) (10). Lengua Indígena: Chontal (Tab) sacanaca (11). Mixe yo´mux(6). Totonaco (Pue) kilzinzinskatá, se le engranó la boca, kilkitzin (8). Totonaco (Ver) kilhmasat(10). Tzotzil eal (12).
Enfermedad bucal que se presenta principalmente en niños menores de tres años, y, en particular, en los lactantes. Se caracteriza por la presencia de lesiones blanquecinas en la superficie de la cavidad oral. Se le define como una infección que afecta labios, lengua, encías, paredes de la boca y garganta, y cuya manifestación visible son pequeñas manchas circulares, de color blanquecino -de allí el nombre de algodoncillo-, con los bordes rojizos y de aspecto "pegajoso" (3) (5 a 6) (11) (13 y 14). Algunos informantes lo describen como grano, fuegos, erupciones o llagas con agua (2) (4) (8) (12).
La aparición del algodoncillo se atribuye a la falta de higiene, ya sea de los niños que "se meten cosas sucias a la boca", o de la madre, cuando no se asea el pecho antes de amamantar (3) (5 y 8). Otra causa importante es el calor, ya sea que el niño padezca calentura, o bien que la madre se lo transmita en la lactancia, sobre todo si ha ingerido en exceso alimentos de calidad caliente (2 y 3) (5 y 8). Se mencionan también las infecciones que afectan a la boca y las encías (4), el consumo de antibióticos por parte de la madre o el haber hecho un coraje antes de amamantar (5), los efectos de un aire o de un enfriamiento (3), un castigo divino u otras causas de origen sobrenatural (12).
Con menor frecuencia, los informantes señalan que el algodoncillo se acompaña de fiebre (3) (8), dolor al comer e inapetencia (3) (8) (11). La zona afectada se vuelve muy sensible a la sal y a los alimentos irritantes, como el chile (12). En ocasiones, el paciente tiene sangrado bucal (8), babea y defeca heces de color amarillento (6); muestra malestar general y, eventualmente, tiene diarrea y vómito (3). En los casos más severos, el niño deja de comer o de mamar, y muere (12).
La terapéutica es básicamente local, y consiste en el lavado o en la aplicación en las zonas afectadas de preparados de plantas, así como otras sustancias y mezclas que se prescriben hasta que desaparece la infección. Los vegetales empleados varían en las diferentes regiones del país: en el Estado de México, se hacen gárgaras y lavados o se aplican fomentos con una infusión de diente de león (Taraxacum officinale); las frutillas o las hojas de perlilla (Fuchsia thymifolia) se colocan sobre la región afectada (4). En Oaxaca, el látex del piñón (Jatropha sp.) (6) (7) se aplica en forma de toques, y se usa el ciruelo (Spondias purpurea) para enjuagues bucales (7). En Puebla, también se administra localmente la hierba del ángel (Eupatorium petiolare) (13). En Veracruz, se aplica en la boca tomate (Lycopersicum esculentum) asado, o se le unta al niño en la boca y en la lengua el aceite de ajonjolí (Sesamun orientale) (10), o la flor de la chinina (Hibiscus spiralis) frotada en el interior de la boca (9). En Campeche, Yucatán y Quintana Roo (14), en Puebla (8) y en Tabasco (11), destaca el uso de la miel de abeja en diferentes mezclas con carbonato y/o limón (Citrus aurantium). También en Puebla se paladea con agua salada o se limpia la boca con tomate asado y tizne de comal (8), y en Baja California se dan toques de glicerina líquida (1).
Dos ejemplos notablemente diferentes aparecen, por un lado, en poblaciones de Morelos, en donde se aplica pomada de Micostatín en las zonas afectadas; y, por el otro, entre los tzotziles de Chiapas, quienes afirman que si el algodoncillo no desaparece con hierbas medicinales, es indicio de que se trata de un castigo enviado por Dios, caso en el que se solicitan los servicios de un h´ilol para que rece, haga ofrendas con velas, sacrifique una gallina y comparta aguardiente con la familia (12).
Los nahuas de Milpa Alta, Distrito Federal, consideran al algodoncillo una dolencia de calidad caliente; por tal razón, recomiendan evitar los alimentos de esa naturaleza hasta que el mal desaparezca. Piensan que no se debe emplear el baño de temazcal por ser muy caliente, pues se corre el riesgo de que el enfermo empeore o -si ha sanado recientemente- de que recaiga (2).
Tanto la descripción de los síntomas, como la de algunas de sus causas -por ejemplo, la proliferación del algodoncillo después del uso de antibióticos que desequilibran la flora bacteriana normal de la boca-, permiten identificar a este padecimiento con el muguet o moniliasis bucal, ocasionado por el hongo parásito Candida albicans(3) (8) (11) (15), al que se relaciona con infecciones respiratorias agudas (3).
Tanto la medicina tradicional como la académica contemplan el aseo de la zona como parte importante de la terapéutica. Resulta interesante observar, además, que las sustancias empleadas por los terapeutas tradicionales posiblemente favorezcan un cambio en la acidez de la saliva (caso del uso del bicarbonato), o de la presión osmótica (a causa, por ejemplo, de la densidad de la miel), que obstaculicen el desarrollo del hongo. Por otra parte, algunas de las plantas utilizadas poseen reconocidas propiedades antimicrobianas, como es el caso de Jatropha sp.
(1) Javis S., M., 1985.(2) Palacios de Westendarp, P., 1986.(3) Gómez López, J. M., 1990.(4) Esquivel Romero, A. E., 1989.(5) Mellado Campos, V. et al., 1989.(6) DGCP, 1984.(7) Alejandre, V. et al., 1988.(8) Cuerno Clavel, L. E. et al., 1989.(9) Hernández y López, J. A., 1988.(10) Santos García, A. de los et al., 1988.(11) Delgado Lara, A. G., 1983.(12) Holland, W. R., 1978.(13) Villalobos, G., 1989.(14) Mellado Campos, V., 1991.(15) Padrón Puyou, F., 1956.