K´ichaji. Zafadura

Las zafaduras, o k´ichaji en lengua chuj, son otro tipo de lesión que atienden los hueseros de estas localidades. Las más frecuentes son las del talón, muñeca y clavícula, las cuales se originan generalmente por accidentes, tales como caídas y resbalones.

Al sufrir la zafadura, la región se hincha "porque se cambian las gonzas", se pone morada y caliente, y "el huesito truena"; a veces, el enfermo presenta dolor de cabeza.

Para diagnosticar esta afección, el terapeuta realiza un tacto mediante el cual siente "los huesos zafados y desnivelados".

Para volverlos a su lugar, los jala suavemente, "con cariño"; de esta forma, el paciente va sintiendo que el dolor disminuye.

Una vez que los huesos están acomodados, el terapeuta da un jalón "hasta casarlos", es decir, hasta que truenan los dos huesos y el paciente siente que se encuentran en su lugar. Enseguida, calienta dos hojas de higuerilla blanca, les agrega un poco de vinagre o sal, y las aplica sobre la parte afectada. Esta curación se repite durante cuatro días, tiempo en que el enfermo debe evitar mojarse con agua fría; asimismo, debe procurar reposar, pues "si se desmanda", el hueso se vuelve a zafar y el tratamiento se complica.