Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana
Toronjil
Agastache mexicana (Kunth) Lint & Epling — Labiatae


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Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana
Sinonimia botánica.

Cedronella mexicana (Kunth) Briq.

Sinonimia popular.

Toronjil blanco, toronjil de casa, toronjil de monte, toronjil morado, toronjil rojo; Puebla: pinkil (tepehua), tama, toroji, toronji (otomí).

Botánica y ecología.

El toronjil es una hierba de unos 40 a 60cm, aunque en algunos casos la reportan hasta de 1.5m de altura. Sus tallos son cuadrados. Sus hojas tienen forma de lanza y en su parte inferior son más anchas que en la superior, los bordes de las hojas son dentados y con pelos por el envés. Tiene flores en racimos terminales, en número de 5 hasta 20, con forma tubular, de color rojo vivo o rojo-morado y sus frutos son color café. Es una planta aromática.

El toronjil es originario de México; está presente en climas cálido, semicálido y templado entre el nivel del mar y los 780 m y desde los 1600 a los 3900msnm. Hierba asociada a bosques tropicales caducifolio, subcaducifolio y perennifolio y a bosques espinoso, mesófilo de montaña, de encino, de pino y mixto de encino-pino.

Etnobotánica y antropología.

En la medicina tradicional, esta planta se usa frecuentemente para tratar el espanto, como ocurre en los estados de México, Hidalgo, Michoacán, Morelos y Puebla. Con este propósito se emplean diversos preparados, generalmente acompañados de otros componentes. El cocimiento de esta planta junto con flores de cempasuchil (Tagetes erecta) o las hojas de esta planta (toronjil blanco), más toronjil extranjero (Dracocephalum moldavica), mastranso (Mentha rotundifolia) y hierba del burro (Eupatorium petiolare), maceradas en agua o alcohol, se utilizan para bañar al enfermo. O basta tomar por las mañanas un té preparado con toronjil rojo (Agastache mexicana) y Santo Domingo (Hedeoma piperita), antes de las doce del día. La cocción del toronjil rojo con el morado y el blanco, se aconseja frotado en el cuerpo de los niños espantados, se les cubre con un lienzo hasta que suden, pero antes se les unge en las corvas y piernas conespíritus de untar"; esto se hace tres veces por semana. O bien, se macera el toronjil en un litro de refino, acompañado de pericón (Tagetes lucida), ruda (Ruta chalepensis), estafiate (Artemisia ludoviciana var. mexicana) y cempasuchil (Tagetes erecta), y se deja reposar hasta que el macerado se torne verde. De este preparado se toma una cucharadita diaria hasta sanar, o también puede mezclarse solamente con hierba del golpe (sp. n/r) y con refino.

En el tratamiento de enfermedades de los nervios y el susto, que se adquieren cuando se reciben impresiones fuertes (como ver un accidente, un muerto o por salir de un lugar caliente a un lugar frío), la planta se prepara combinada con los toronjiles blanco y azul. Otros curanderos recomiendan darlos junto con canela (Cinnamomum zeylanicum), manita (Chiranthodendron pentadactylon) y tila (Tilia mexicana).

En algunas comunidades también se emplea en la curación del mal de ojo, provocado principalmente por la mirada pesada de las personas que afecta a los niños. Además entre mixes, zapotecos y totonacos, se le utiliza para resolver la caída de mollera, de la cual se dice que afecta a niños y adultos a consecuencia de golpes en el cráneo, por cargar objetos pesados en la cabeza o por caídas. Este padecimiento se describe como hundimiento de la mollera (depresión de la fontanela, que en los niños es muy fácil que suceda, cuando se les agita, se caen o se les arrebata la teta), además se presenta vómito, diarrea, heces fétidas, ojos hundidos, fiebres, llanto sin lágrimas, boca seca, labios resecos, ronquidos al respirar o mamar, tristeza, ojos semiabiertos al dormir, inquietud en el sueño, no pasan el alimento, piel seca, arrugada, caída de la campanilla, debilidad y una pierna aparece más corta que la otra. Se trata mediante los procedimientos llamados chupar la mollera, paladear o cubrir la mollera. En estos casos el toronjil es utilizado como infusión, a la que se agrega un trozo de tela nueva, carbón y corcho quemado, por dos o tres veces al día.

El cocimiento administrado por vía oral, se recomienda en diversos padecimientos principalmente en problemas gástricos como dolor de estómago, cólico de estómago, corajes, dolor intestinal, empacho y para la digestión. También se usa en alteraciones cardiovasculares como dolor de corazón y cuando se tapan las venas. Se refiere útil en casos de regla retrasada, en alferecía morada o amarilla, cuando hay tos, insomnio, diabetes y venteados. Junto con hojas de guayaba (Psidium sartorianum), ajenjo (sp. n/r) y muicle (Jacobina spicigera) tomado en ayunas, es provechoso contra la diarrea. La maceración en agua o alcohol de las hojas junto con las de toronjil blanco, toronjil extranjero, mastranso y hierba del burro se indica en baños, o utilizando las ramas en té para el tratamiento de los nervios.

Historia.

En el siglo XVI, Martín de la Cruz la reporta como antiescabiática, antiséptica, astringente y para las quemaduras. Francisco Hernández, menciona que aplicada a la nariz y aspirado su olor, cura el resfriado y el dolor de cabeza provocando estornudos y evacuando la pituita por boca, ojos y nariz, machacada y untada cura las coartanas, de igual manera, aprovecha al útero, evacua la orina y abre las obstrucciones". Agrega, "calienta las partes enfriadas, provoca sudor, mitiga los dolores, fortalece tomada o aplicada el estómago, el corazón, la cabeza, cura la hidropesía, alivia el salpullido, la sarna y restregada quita la tina".

Por su parte Gregorio López, en el siglo XVII relata que "las hojas bebidas con vino y aplicadas como emplasto son contra mordeduras de perro rabioso y picaduras de alacrán. Su cocimiento en fomentación sirve a lo mismo y provoca menstruación, quita dolor de dientes. Las hojas son útiles a los que no pueden resollar y si son aplicadas con sal resuelven lamparones, purifican llagas, mitigan el dolor de junturas y son útiles al estómago. Comido despierta el sentido, fortifica el corazón y cerebro, quita tristezas y temor que procede de melancolía, ataja imaginaciones extrañas y despierta sueños horribles".

Más adelante, la Sociedad Farmacéutica de México en el siglo XIX señala su uso como antiespasmódico y estimulante.

Y ya en el siglo XX, Alfonso Herrera la describe como antiespasmódico y sucedáneo del toronjil europeo. Posteriormente Maximino Martínez la refiere como antiespasmódico. Luis Cabrera cita que es antirreumático, diaforético, digitálico, eupéptico, que sirve para las contusiones y provoca parálisis de la respiración. Finalmente, la Sociedad Farmacéutica de México consigna su uso como antiespasmódico, diaforético, estimulante y eupéptico.

Comentarios.

El toronjil, Agastache mexicana, es una planta medicinal originaria de México, y por lo extendido y frecuente de sus usos, es muy importante en la terapéutica popular actual. Aunque no se detectó ninguna referencia histórica del siglo XVI, después de la llegada de los españoles, es muy probable que haya sido utilizada desde la época prehispánica con fines curativos, dada la continua aplicación en enfermedades culturales por los indígenas. No se dispone de información farmacológica que justifique el uso de ésta planta. Por lo tanto el toronjil constituye un campo virgen a la investigación científica.

Herbarios.

CHAPA, EBUM, ENCB, HUATX, IMSSM, IZTA, MEXU XOLO, ZEA.

Literatura.

Botánica. Barquín M. y Zamora M. 1991; Camacho J. 1985; Castro H. 1988; Cedillo E. 1990; Chino S. y Jacomes M. 1986; Cruz J. 1986; De Niz D. 1989; Esquivel E. 1989; Esquivel E. 1989; Evangelista V. y cols. 1991; Flores N. y Gutiérrez M. 1989; García A. 1989; García G. 1981; Ghislaine D. y Nelis J. 1979; Gómez L. y Chong de la I. 1985; González J. 1981; Gutiérrez M. 1985; Linares E. y cols. 1988; López M. 1988; Paredes M. y Gutiérrez M. 1989; Ruíz L. 1989; Soto C. 1987; Torres J. 1984; Velázquez F. 1990.

Ecología. Camacho J. R. 1985; Castro A. 1988; Esparza A. 1989; Esquivel E. 1989; García G. 1981; González J. 1981; López E. 1988; Martínez M. A. 1991; Matosic L. 1991; Soto J. 1987.

Etnobotánica. Barquín P. y Zamora L. 1991; Camacho R. 1985; Castillo E. 1990; Castro A. 1988; Cedillo E. 1990; Cruz L. 1989; Chino S. y Jacques P. 1986; De Niz D. 1989; Esquivel E. 1989; Espinosa J. 1985; Estrada J. 1984; Evangelista V. y cols. 1991; Flores N. y Gutiérrez A. 1989; García A. 1989; García G. 1981; Ghislaine M. 1979; Gómez L. y Chong de la I 1985; González J. 1981; Gutiérrez A. 1985; López E. 1988; Martínez D. 1980; Mata S. y cols. 1985; Matosic R. 1991; Paredes M. y Gutiérrez A. 1989; Ruíz C. 1989; Sandoval M. 1977; Soto J. 1987; Torres J. 1984; Velázquez F. 1990.

Antropología. Linares E. 1984; Zoila C. 1988.

Historia. Cabrera, L. 1958 (1943); De la Cruz, M. 1964 (1552); Hernández, F. 1959 (1571-1576); Herrera, A. 1921; López, G. 1982 (1672); Martínez, M. 1969 (1934); Sociedad Farmacéutica de México, 1952; Sociedad Mexicana de Historia Natural, primera serie Vol. III, 1876.