Padecimiento consignado por los terapeutas mayas sólo como causa de muerte entre la población adicta al alcohol, generalmente hombres adultos. Según los informantes consultados, a las personas que toman mucho aguardiente se les inflama el estómago y el hígado, lo cual les provoca vómitos constantes y calambres en los intestinos; además, el enfermo no puede orinar, siente fuertes dolores en el costado derecho y "tiene diarreas con sangre o disentería". Cuando el cuadro clínico evoluciona, aparecen vómitos de sangre y el paciente presenta el rostro inflamado y los ojos amarillentos, el dolor se hace insoportable y sus excrementos se toman de un color grisáceo. En estas condiciones la muerte llega rápidamente (V. alcoholismo).