La enfermedad designada popularmente con el término lumbriz, lombrices o "parásitos", es una dolencia gastrointestinal frecuente entre la población infantil de las comunidades tojolabales, cuya edad está comprendida entre los dos y los diez años. Los terapeutas consideran que la causa más frecuente de la aparición de la enfermedad radica en ciertas costumbres alimenticias y en algunas conductas que propician el enfriamiento del vientre (V. frialdad). Así, refieren que los niños enferman porque "comen en exceso fruta fría" y "se bañan mucho". Además de lo anterior, los médicos indígenas señalan otros factores que resulta importante destacar, pues indican que la parasitosis es, aunque resulte aparentemente paradójico, causa y condición del padecimiento: el surgimiento de la enfermedad está asociado con el "primer aguacero del temporal, porque truenan mucho los rayos". Al ser la parasitosis un fenómeno común entre los habitantes de las comunidades tojolabales, se estima que su presencia no constituye una enfermedad. Los médicos tradicionales consideran que la parasitosis, como afección, aparece cuando las "lombrices se alborotan", es decir, cuando se dispersan por el organismo. Esta situación, que se produce "cuando truenan los rayos" o inmediatamente después de un enfriamiento del vientre, agrava el estado del paciente.
El enfermo de "lumbriz" presenta vómito, diarrea, dolor de estómago y una desagradable sensación de que "algo le va a salir por la boca". El pequeño adquiere "la manía de agarrarse la nariz a cada rato, porque siente que algo le quiere salir", aseguran los terapeutas. El diagnóstico se establece con base en la observación de la conducta del paciente y en la revisión del abdomen, el cual se encuentra inflamado por la presencia de los parásitos intestinales.
El tratamiento contempla la realización de una maniobra llamada "trayada de estómago", la cual consiste en frotadas en el abdomen que el terapeuta hace con un cocimiento de alcanfor (V. milenrama), ruda, estafiate, epazote, ajos y cominos. El propósito de esta parte de la terapia, que se aplica dos veces al día, es desinflamar el vientre del enfermo. Complementariamente, se prescribe la ingestión de una tableta de Agromicina y de un té elaborado con hierbabuena y cominos. En el curso del tratamiento se considera contraproducente que el paciente ingiera alimentos de calidad fría, ya que los medicamentos prescritos son de calidad caliente; sin embargo, es recomendable la ingestión de queso pues aunque se trata de un alimento "frío", su consumo permite "que las lombrices se junten" (V. frío-calor).
Si el enfermo no recibe el tratamiento oportunamente, la enfermedad se complica: "las lombrices salen por todos lados y el niño se enflaca mucho y finalmente muere". Para impedir que "se muevan las lombrices" -situación que produce la aparición de un episodio de enfermedad-, se le administra al niño una cucharada de Piperacina tres veces al día, durante cuatro días, en los que "truenan los rayos". Sin embargo, los informantes aclaran que "si las lombrices ya se encuentran alborotadas, no se debe administrar el medicamento". Coherente con lo anterior, se señala que "durante el primer aguacero del temporal" aumenta el número de casos de enfermos de lumbriz.