Cha´anúm o was tojb´ i sok niwan chamel. Parto
La atención al parto constituye una de las principales causas de demanda de atención de las mujeres de las comunidades tojolabales, misma que es proporcionada por las parteras tradicionales. Los habitantes del área la designan con las expresiones was tojb´ i sok niwan chamel ("enferma de parto") y cha´anúm. Como se señaló en el apartado relativo a los recursos humanos de la medicina tradicional tojolabal, este servicio es proporcionado por mujeres que combinan su conocimiento de partería con otras prácticas curanderiles. Las parteras-hierberas, las parteras "trayadoras", los parteros-curanderos y las propias embarazadas consideran que el momento del nacimiento está próximo cuando éstas sienten que los dolores de cintura y de estómago se hacen cada vez más frecuentes; a veces también experimentan dolor de cabeza. En esta fase de la atención, la terapeuta hace un tacto a la parturienta para determinar cuánto tiempo falta para que el niño nazca. Es una práctica común entre las parteras el suministrar a la mujer algún té de especies medicinales que la ayude en esta etapa. Entre las plantas de uso más frecuente se mencionan la manzanilla, el mirto, la ruda y el café. Muchas parteras administran también algún medicamento de patente (Mejoral, Cafiaspirina o Magnopyrol) junto con el té. En ciertas localidades, las terapeutas prefieren dar a tomar un "punche", bebida que se prepara con un huevo de polla al que se le agrega café hasta formar espuma. La finalidad del té es la de calentar el cuerpo de la paciente y, de este modo, hacer que el parto se apresure.
En un parto normal, llegado el momento del nacimiento es costumbre que la parturienta elija la posición en que prefiere ser atendida: por ejemplo, acostada o "acurrucada". En la primera posición, la partera se coloca frente a los pies de la mujer; en la segunda, la mujer se pone en cuclillas de frente al marido, quien, sentado en el borde de la cama, la toma por los brazos para darle apoyo. Previamente, se han colocado algunos costales o cartones debajo de la paciente. La partera se sitúa detrás de la enferma y, con las manos bien lavadas con jabón, espera a que salga el producto para sujetarlo y que no se golpee. Si el niño tarda en nacer, se le amarra a la mujer una faja en la parte superior del abdomen, para que las contracciones sean más efectivas.
Terminada esta etapa del parto, la partera enciende dos candelas en el "lugar donde se levanta el niño", para que éste vea luz y no se espante al momento de abrir los ojos; de lo contrario, se afirma que después "suspira mucho". A continuación, la terapeuta ata el cordón umbilical en dos sitios, y corta con ayuda de una tijera a una distancia de 10-15 cm del inicio del cordón; después, quema el extremo libre con la llama de una vela, le pone Merthiolate o pomada Altella para que seque más pronto, y faja al niño; normalmente, a los cuatro o cinco días se cae el ombligo. Antes de fajar al recién nacido, y mientras la parturienta descansa en la cama, la mayoría de las parteras lo bañan con un cocimiento de hierbas de alcanfor (V. milenrama) o de choyoiy pooj y jabón, si está muy sucio; de lo contrario, sólo lo limpian con aceite de comer.
Para estimular la salida de la placenta, las terapeutas dan un masaje suave en el vientre de la enferma, con ayuda de un ungüento caliente que se prepara mezclando "vaporub", "pomada 600" (Ungüento 666), Cremostasa y aceite de comer, o bien pomada Altella, pomada de belladona, pomada alcanforada y "vaporub"; en ciertos casos, sólo se soba con aceite de comer. Si el recién nacido es un varón, esta sobada se hace del lado izquierdo, de afuera hacia adentro; en cambio, si es una niña, se soba de igual modo desde el lado derecho. Las terapeutas consideran que este masaje no sólo permite que la placenta se desprenda y salga más rápido, sino que además contribuye a lograr que "la leche baje al pecho". Una vez arrojada la placenta, se le pone a la mujer una faja (cuchilal) bien ceñida misma que debe portar durante toda la cuarentena. La placenta es enterrada en una esquina de la casa, mientras que a la puérpera se le administra un té muy caliente preparado con manzanilla y mirto "para calentarle el cuerpo" Si hay alguna hemorragia después del alumbramiento, se le administra a la paciente una inyección k-50. Muchas terapeutas consideran que la faja cumple una función de enorme importancia, ya que así "se levanta la matriz" que ha quedado caída después del parto; si se deja de ejecutar esta práctica, el útero queda bajo, lo cual deriva en graves problemas ginecológicos para la mujer en el futuro (V. fajar). Sucede con frecuencia que la parturienta queda con el vientre inflamado y dolorido; en estos casos, la mayoría de las parteras bajan la hinchazón calentando el vientre de la enferma con ayuda de un "tabique caliente, que se coloca en la barriga sobre hojas de higuerilla". Con los mismos fines, otras terapeutas prefieren aplicar pomada Altella mezclada con aceite de comer. Si después del parto la enferma siente dolores muy fuertes, se le aconseja tomar una tableta de Magnopyrol.
Entre el segundo y el tercer día posteriores al nacimiento del niño, las parteras tojolabales acostumbran hacer una revisión de la puérpera y darle un baño de temazcal en el que se emplean las plantas de nombre chilca y cuchilalchoyoiy pooj. Si esto no es posible, se baña a la paciente con un cocimiento de hojas de naranjo y de alcanfor, o se le "talla" todo el cuerpo, en especial el vientre, con "una piedrita que se tira al fuego y cuando está bien caliente se saca y se envuelve en hojas de higuerilla, cuidando de no quemarse"; en este último caso, el baño se da con agua hervida, a los diez días de la "tallada". Las parteras recomiendan que la puérpera tome tres baños de temazcal, uno cada tercer día. El puerperio es una etapa en la vida de la mujer en la que es necesario tener cuidados especiales, entre ellos, evitar bañarse con agua fría y exponerse al aire.
Las dificultades durante el parto surgen por diferentes causas; una de las más comunes deriva de una mala posición del producto, el cual puede venir "paradito (tek´an) o atravesado (tula´alatj)"; esta última situación es más frecuente en las mujeres "que trabajan mucho o cargan leña", afirman las parteras. Generalmente, cuando el niño está en una posición anormal, la mujer sufre diversas molestias -por ejemplo, tiene dificultades para dormir-, sobre todo a partir del sexto o séptimo mes de embarazo. Las terapeutas remedian esta situación por medio de masajes en el vientre con pomada de mentolato, "vaporub" o pomada "600", con el propósito de colocar al niño en la posición correcta (V. acomodar al niño). Si después del masaje la paciente aún experimenta molestias en alguna zona del vientre, la partera soba ese sitio con una piedrita muy caliente.
Muchas veces, el problema de la posición anormal es detectado cuando el parto ya se ha iniciado; en estos casos, la curandera "traya" (soba) el abdomen de la enferma empleando clara de huevo -sustancia considerada de calidad caliente y, por lo tanto, capaz de calmar el dolor de vientre de la parturienta-; de este modo, se logra suavizar los músculos y colocar al niño en la posición correcta. Al terminar la maniobra, la partera pone sobre el abdomen un algodón con alguna de las pomadas mencionadas anteriormente, con el objeto de calmar el dolor causado por las "trayadas". Muchas de las terapeutas consultadas afirman que, en caso de no lograr cambiar la posición del producto, envían a la paciente a la clínica o al hospital más cercanos.
Como una forma de evitar este tipo de problemas al momento del parto, se recomienda a las mujeres embarazadas "revisarse cada quince días, no cargar muy pesado y no quebrarse de un lado a otro" (es decir, mantener una posición erguida). Se afirma también que son las parturientas primerizas las que con más frecuencia presentan los problemas descritos anteriormente.