Como en otros grupos indígenas de México, la disentería, conocida popularmente entre los chatinos con el nombre de tzat ne´, es una de las enfermedades más frecuentes de su población, y se considera particularmente grave cuando ataca a los niños. La presencia de sangre en las heces fecales del enfermo es el signo más notorio de la afección, hecho que además permite diagnosticarla; asimismo, el paciente con disentería presenta evacuaciones diarreicas y fuertes dolores del vientre. En los niños, el cuadro clínico va acompañado de calentura y vómitos, síntomas que hacen que el enfermo empeore rápidamente si no recibe la atención médica adecuada. Estas características hacen que la disentería sea una de las enfermedades más temidas por la población.
Los tratamientos recomendados para curar la afección son numerosos y tienen el propósito de "cortar" los síntomas de la enfermedad. Con este fin se prescriben tes de plantas curativas -generalmente ingeridos tres veces al día- entre las que se encuentran la hoja de guayabillo, el tallo de un árbol de nombre tlachicón, la hoja de "guayaba de rostoche o zorra", la semilla del zapote o clatziu clatzo´, la planta denominada hoja de cochino o tzonqueshlu´ y, finalmente, las hojas de tindayo o yakiatë, de cuya infusión el enfermo debe tomar sólo una copita. Muchas veces, el tratamiento se complementa con baños de asiento con el objeto de refrescar los intestinos del paciente, ya que en esta dolencia el enfermo concentra calor en el vientre. Las especies empleadas con estos fines son las hojas de naranjo, hervidas junto con una planta de nombre lak su´, así como la infusión de tindayo; antes de sentarse en el recipiente con la preparación, el paciente debe beber un poco de esa misma agua.