El sarampión es una enfermedad infantil -aunque a veces también afecta a los adultos- que puede traer graves consecuencias si su manejo no es el adecuado. Los terapeutas tradicionales consideran que la etapa más peligrosa del padecimiento se presenta durante los días previos a que "broten las manchas" en la piel del enfermo, periodo que se caracteriza por la presencia de tos, calentura y diversas molestias en la garganta. Es en este lapso que se requiere de la intervención del terapeuta, quien recomiende la administración de un té de la planta llamada gordolobo, con la finalidad de que el sarampión brote y de esta manera "se apague", es decir, se cure, ya que en cuanto los granos comienzan a aparecer, fenómeno que generalmente ocurre a los tres días de iniciada la enfermedad, se considera que el niño está fuera de peligro.