Chami ri ra, tee peegsta o trchramuu trysia. Calentura
La calentura es un padecimiento que la población cora conoce con distintas denominaciones, entre las que se encuentran el vocablo chami-ra-ra, y las expresiones tee peegsta, y trchramuu trysia. Es una afección caracterizada por la elevación de la temperatura corporal del paciente, y que, entre los coras, es tratada preferentemente por dos tipos de especialistas tradicionales: aquellos designados como "las personas que curan con hierbas", y los rezadores y cantadores, médicos tradicionales que curan las enfermedades mediante elementos mágico-religiosos, como las plumas de ciertas aves y el humo de una pipa ceremonial. En este último grupo de terapeutas debemos también incluir al "chupador", una clase de especialista que, como su nombre lo indica, "saca la enfermedad" por medio de chupadas.
El padecimiento puede producirse por varias causas, la más común de las cuales son los cambios bruscos de temperatura; así, los curanderos refieren que una persona contrae calentura cuando "camina mucho bajo el sol y, al llover, se moja", o porque trabaja en "lugares calientes como horno, y come o toma cosas heladas". Otra causa frecuente de la enfermedad son los piquetes de insectos tales como las chinches y los zancudos, además de las mordeduras de animales ponzoñosos como la víbora de cascabel y ciertas culebras. La calentura también aparece como síntoma de otros padecimientos comunes en las áreas coras, como el paludismo, por ejemplo. Finalmente, la enfermedad, al igual que numerosos otros padecimientos de la población de este grupo indígena, puede ser un castigo de sus dioses por haber "faltado a sus costumbres". [Ver: "Haattuwa juiya irrejetze. Cuando no cumplen con la costumbre", en este mismo capítulo]. Cuando la causa primordial de la calentura es "la falta a las costubres", sólo los rezanderos, cantadores y chupadores pueden curar al paciente.
La calentura hace que el enfermo "sienta desesperación y ande de mala gana", sin deseos de platicar, triste; sólo le apetecen las cosas agrias, sufre de dolor de cabeza y siente la boca seca. Cuando forma parte de los síntomas del paludismo, la elevación de la temperatura aparece cada tercer día, el paciente se siente sin fuerzas, con escalofríos y "sus ojos se ven pálidos". Para establecer el diagnóstico, además de conversar con el enfermo y observar su aspecto, el terapeuta le toca la piel para constatar el aumento de calor corporal.
Los tratamientos empleados para curar la calentura dependen del tipo de terapeuta que atiende al paciente. Los curanderos que curan con hierbas recurren al uso de plantas medicinales para hacer descender la temperatura del enfermo, las cuales se aplican a modo de cataplasmas en la frente o en los pies. Así, en uno de los tratamientos consignados, el hierbero machaca hojas de tabardillo y luego las coloca sobre la frente del paciente; la curación se cambia cada seis horas. En caso de que el enfermo tenga escalofrío, corta por la mitad un limón asado, le pone una pizca de sal y se lo aplica, cada 12 horas, en las pantas de los pies.
Cuando la calentura es síntoma del paludismo, este tipo de terapeuta emplea el siguiente procedimiento: en una olla de barro nueva, se ponen a fermentar, en agua, unas pecas de zábila durante tres días; al cuarto día, se sacan las pencas y se cuela el agua; el enfermo debe tomar un vaso del medicamento por la mañana, durante nueve días. El tratamiento incluye masajes en la región del hígado, también por espacio de nueve días, para "destruir los vasos" que se encuentran afectados por el paludismo.
Los curanderos, rezanderos, cantadores y chupadores que curan las enfermedades empleando elementos de tipo mágico-religioso, tratan los padecimientos de un único modo, independientemente de su naturaleza orgánica, por suponer un origen común a todos: el castigo divino por "faltar a las costumbres". Así, el tratamiento de cualquier enfermedad, llámese calentura, dolor de cabeza, fiebres, dolor de pecho, u otras, consiste "en poner humo de tabaco donde hay dolor". El procedimiento terapéutico empleado es el siguiente: al llegar a casa del médico tradicional, el enfermo le habla de su enfermedad; al término de la conversación, el curandero considera si ha habido alguna "falta a sus patrones", los cuales pudiesen estar disgustados por falta de cumplimiento con "la costumbre". Enseguida, invoca a los dioses, a quienes pide perdón en nombre del paciente y, a continuación, les reza rogándoles que le ayuden a curarlo. Después de preguntar al enfermo la ubicación del sitio dolorido, le pide que se acueste boca arriba, enciende su pipa y procede a echar humo de tabaco en todo su cuerpo. Antes de "chupar el mal", con un manojito de seis plumas de cola de gavilán real barre el cuerpo del enfermo, con la finalidad de reunir toda la enfermedad en un único punto: el sitio donde siente el dolor; luego, junta las plumas en un haz, coloca uno de los extremos sobre el lugar que concentra el daño, y cupa a través del otro extremo. Tanto en la medicina tradicional cora como en la huichola, las plumas de ciertas aves son un elemento sagrado y personifican a sus dioses, quienes interceden por el enfermo para liberarlo de la afección que lo aqueja; las plumas unidas en haz dan fuerza y poder a quien las agarra. Por otra parte, el humo de tabaco "limpia" al enfermo, ya que según los terapeutas tiene la propiedad de "envolver a la enfermedad". En conformidad con el concepto cora de los padecimientos, una vez atrapada la afección en el humo, basta juntarla para poder extraerla mediante la chupada.
Durante el tiempo que está en tratamiento, el paciente debe evitar consumir alimentos que estén preparados con chile y manteca; se le recomienda comer únicamente atoles y tostadas. Por otra parte, sólo puede bañarse a partir del tercer día de iniciada la terapia, por considerarse que ya está fuera de peligro.
Los terapeutas coras estiman que, por lo general, en una calentura las complicaciones surgen cuando el enfermo no es atendido oportunamente. En estos casos, la condición del paciente se agrava con la aparición de otros síntomas, tales como la diarrea, por ejemplo. En virtud de que la calentura persiste, le salen granos (fuegos) en la boca, y siente un fuerte dolor de espalda y de cintura. La gravedad de su estado se pone de manifiesto cuando pierde el conocimiento. Los curanderos afirman que la calentura es una afección que se complica con hinchazón de algunas partes del cuerpo, poco después de lo cual aparece "el latido que empieza a caminar hacia arriba (estómago) y llama al corazón". Cuando este "latido" llega al corazón, los terapeutas aseguran que el paciente está próximo a la muerte; el deceso sobreviene porque "su sangre se debilita".
La calentura es una afección peligrosa que se presenta con mucha frecuencia en las localidades de las comunidades coras.