Con los nombres de "sofocado" y "tripa", se conoce en la medicina tradicional mayo a una peculiar afección causada por un susto, que tratan los sobadores con especialidad en mollera, así como los curanderos conocidos como "curanderos de tripa". Es una enfermedad que afecta sobre todo a los niños, y que se da con bastante frecuencia en las comunidades, al grado de justificar la existencia de un especialista en esta dolencia.
El nombre del padecimiento deriva de los síntomas más relevantes que lo caracterizan: "se asusta la gente, y entonces se sofoca y ya no le dan ganas de comer". El enfermo se siente "aventado" (lleno de gases), y "le gruñen las tripas"; según los terapeutas, "las tripas se llenan de viento", lo que provoca dolor, sobre todo en la zona ubicada a la derecha del estómago. Este estado se puede constatar mediante una revisión del vientre del enfermo, procedimiento que permite al terapeuta diagnosticar el mal; durante la manipulación, el médico pega el oído a la piel de la zona para poder escuchar "los gruñidos", o le percute el abdomen, ya que en caso de existir sofocamiento el tipo de sonido que éste emite es característico.
Los tratamientos consignados tienen el propósito de desinflamar el vientre del enfermo. Este objetivo se logra de dos maneras; la mayor parte de los terapeutas primero "le alzan la mollera" al niño y después lo soban, desde el pecho hacia la parte baja del estómago, una vez al día, durante tres días; la sobada se aplica sobre todo en la parte derecha del tórax, con ayuda de aceite de comer o vaporub. Los resultados se dejan ver al término del tratamiento, ya que el paciente empieza a tener apetito. Otros especialistas tratan la afección colocando, en el abdomen del enfermo, hojas de sábila cortadas en sentido longitudinal, las cuales se dejan durante toda la noche.
El niño sofocado requiere de la atención de un terapeuta tradicional, ya que, según los informantes, "aunque estén tomando medicina del doctor no se alivian". Las complicaciones que puede acarrear la enfermedad, si el paciente no recibe tratamiento, son graves. El enfermo comienza a tener diarrea y se hincha, "se seca, va adelgazando, y al no querer comer, se le seca la tripa y muere", señalan los terapeutas consultados (V. tripa ida).