Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Seri (Konkaak).
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Descripción de demandas
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Descripción de demandas

Ponzoñas

Los seris designan con el término "ponzoñas", a las picaduras de ciertos animales, entre ellos insectos como el alacrán, la viuda negra y el mata-venado; reptiles como la víbora; y algunas especies marinas tales como la mantarraya, el mujun ("pescado que anda en la arena") y la medusa, conocida también como "aguamala".

Generalmente, los síntomas que presenta la persona afectada dependen del tipo de animal que ocasionó el accidente. Así, la ponzoña de alacrán se caracteriza por dolor, entumecimiento de todo el cuerpo y mucha flema; el enfermo siente que se le cierra la garganta y se ahoga. Las manifestaciones pueden tener una intensidad muy variada, dependiendo de la edad y sensibilidad de la persona, así como de la clase de alacrán. En las regiones seris, el veneno del alacrán amarillo es considerado el más peligroso (V. picadura de alacrán).

La picadura de la araña llamada viuda negra hace que el sujeto manifieste los siguientes síntomas: calambres en el pecho y en el vientre, calentura y dolor de cuerpo, el cual se intensifica si el enfermo se baña; "dura una semana, y regresan las contracciones a pesar de dar remedio", refieren los terapeutas consultados (V. picadura de araña capulina).

Si la ponzoña es de matavenado (insecto de color café, con antenas) el sujeto sufre calentura e intenso dolor de cuerpo. La picadura de víbora, en cambio, produce inflamación y dolor de la parte lastimada, además de "hinchazón que sube hasta el corazón" (V. mordedura de víbora).

En cuanto a la picadura de animales marinos, la de mantarraya es sumamente dolorosa, ya que la punta de la cola de esta especie tiene forma de "ganchito", lo que hace difícil poder extraerla del sujeto afectado, porque "se desgarra la carne; también deja una baba en la herida". La ponzoña de aguamala provoca quemaduras dolorosas, que a veces cursan con calentura.

Los tratamientos empleados en la curación de picaduras de animales ponzoñosos se elaboran generalmente con plantas medicinales, administradas ya sea por vía oral, en lavados o aplicadas directamente sobre la picadura; ciertos terapeutas recomiendan, además, el uso del aceite de "caguama" (tortuga de mar, de grandes dimensiones). De acuerdo con los terapeutas seris, la finalidad de los tratamientos es "chupar el veneno y contrarrestar sus efectos".

Las terapias consignadas son las siguientes: si el enfermo ha sido picado por un alacrán, un matavenado, una viuda negra o una víbora, debe tomar, cada media hora, un cocimiento caliente preparado con hojas y flor de guaco, de la especie de "flor amarilla", denominación con la que se conoce en ciertas áreas; en el caso de la picadura de viuda negra, la decocción "se da cada vez que regresan las contracciones". La picadura de alacrán también se trata mediante la aplicación directa, en la zona dañada, de dientes de ajo del monte, machacados con sal, que se deben cambiar cada 10 o 15 minutos, "hasta que (la curación) surta efecto"; se aconseja no tomar café o "cosas heladas, ni bañarse pronto" (V. vara ceniza, hojasen) Para la ponzoña de víbora, se recomienda, además, aplicar una rebanada de sahaaro con hierba del pasmo sobre la mordedura. La picadura de mantarraya, mujun y aguamala, se cura lavando frecuentemente la zona afectada, "hasta bajar la ponzoña", con el cocimiento tibio de la hierba spitj (hierba de la mantarraya). La picadura de mantarraya también se cura con aceite de caguama.

Los informantes indican que los venenos de alacrán, viuda negra y víbora, pueden ser mortales, sobre todo si las personas afectadas son niños. Los accidentes más frecuentes son provocados por alacranes, viudas negras, mantarrayas y aguamalas.