Guecoceguari, guecoceuri o vecoseri. Bazo
El "bazo", enfermedad denominada popularmente con los nombres de guecoceuri, guecoceguari y vecoseri, constituye una importante y frecuente causa de demanda de atención entre la población de la región tarahumara. Los terapeutas tradicionales que la tratan son principalmente sobadoras de bazo, parteras-sobadoras, hechiceros-soñadores y curanderos de niños. Todos los informantes coinciden en reconocer a la enfermedad del bazo como una segura causa de muerte si el enfermo no es atendido a tiempo según los terapeutas, las características que el sujeto afectado presenta son propias y exclusivas de este tipo de afección.
El bazo es un padecimiento de calidad fría que puede surgir por varias causas, las cuales pueden ser reunidas en tres grupos: el primero, que comprende la ingestión de ciertos alimentos, tales como frutas demasiado frescas -nopales, peras y manzanas-, consideradas de calidad fría, y cuyo efecto se hace más pernicioso si son consumidas "cuando la luna está creciendo"; a este mismo grupo pertenece la tierra, la cual origina la enfermedad en los niños El segundo, está relacionado con el enfriamiento que el paciente sufre "por el frío, lo mojado; cuando no le quitan lo mojado al niño", o cuando los hombres, especialmente los que trabajan en el campo, visten ropas mojadas. La enfermedad también es provocada por el "vapor de la tierra", es decir, la humedad que sale del suelo después de las lluvias, cuando el terreno va secándose (V. frío-calor). La tercera de las causas se vincula al susto, un padecimiento de calidad fría: la enfemedad del bazo puede surgir como consecuencia de un espanto o susto.
Varios son los síntomas que presenta el sujeto afectado por el bazo, y que permiten al terapeuta reconocer el padecimiento: "a la persona le pega fuerte la calentura y, al tercer día, le da mucho frío y tiembla hasta que se le cansa todo el cuerpo; a veces le dan ganas de tomar agua helada y se le hace muy sabrosa", comentan los terapeutas, indicando con esto que un fuerte aumento de la temperatura corporal es el primer signo característico de la enfermedad. La inflamación o hinchazón de todo el cuerpo y el endurecimiento de la región abdominal es otro de los indicios del bazo: "el paciente tiene dura la panza y siente como si tuviera atravesado un palo en el lado del bazo", es decir, en el lado izquierdo del abdomen. Escalofrío y debilidad -especialmente en los niños, los cuales "se estremecen, y les pega calentura entre nueve y diez de la noche, cada tercer día", son otros de los síntomas que permiten al terapeuta identificar la afección cuando todavía no ha entrado en una fase considerada de gravedad.
Además del interrogatorio y de la observación del aspecto que presenta, los terapeutas realizan una revisión de la región estomacal del enfermo en busca de la dureza que debe presentar por la inflamación del bazo. Algunos médicos tradicionales practican un tipo de diagnóstico particular para detectar si es ésta realmente la enfermedad en cuestión: se coloca una rama de la planta de nombre quemador "del lado del bazo y, si quema, no es el bazo; si no quema, la enfermedad se encuentra en el bazo".
Los tratamientos indicados para curar el padecimiento se basan fundamentalmente en la ingestión de un cocimiento preparado con diferentes plantas medicinales, destinadas principalmente a "bajar la calentura", seguida de una sobada, ejecutada con el fin de deshacer el endurecimiento del bazo, bajar la temperatura y sacar de su interior la humedad que está originando la dolencia. Los terapeutas consideran que las curaciones deben hacerse de preferencia cuando la luna se encuentra en fase menguante, ya que este fenómeno potencia el efecto curativo del tratamiento. Para preparar la decocción se aconseja cualquiera de las siguientes plantas: bavisa, peonía, ruda o canela, "tomada en ayunas, en una sola toma, por tres días". En ciertas localidades, como Urique, los terapeutas recetan el té de hierba zorrillo "tomado tres veces al día, antes de comer, desde cuando empieza a crecer la luna hasta que termina el mes tierno". Las sobadas son realizadas en ayunas durante tres días; se practican en el abdomen, sobre todo en la región hepática, con ayuda de "aceite de casa" o con trementina; en este último caso, parte del tratamiento debe practicarse en un lugar específico: el terapeuta lleva al paciente "junto al pino de tres hojas, corta el pino y con la trementina forma una cruz en el estómago del enfermo"; después pone trementina sobre el bazo y frota hasta que seca; para finalizar coloca un parche. La terapia se hace "unas dos veces por día, durante dos días"; con esto "se le quita la calentura", indican los informantes. Se recomienda al paciente no comer fruta ni tomar agua helada mientras dura el tratamiento.
Las complicaciones que la enfermedad produce, en caso de no ser tratada, son variadas y pueden ir desde un agravamiento progresivo de las condiciones del paciente, debido principalmente a una agudización de los síntomas, hasta su muerte. Si no se cura, "el paciente se pone blanco y amarillo, se hincha y la boca se le pone como azul, se hace tablazón (se hincha de ambos lados) y después se muere". El proceso de deterioro es descrito por los informantes: el paciente sufre de dolores en el estómago siempre más agudos, "se va sofocando cada día más y le sale una bola en el estómago, hasta que se le revienta y se muere". Las características más peculiares que presenta un enfermo de bazo próximo a morir, además de la hinchazón del área estomacal, son: labios resecos, ojos y cuerpo blancos "no puede cerrar los ojos y se queda como si estuviera riendo, se adelgaza mucho y muere". El deceso de enfermos de bazo ha sido detectado con cierta frecuencia entre los habitantes de las zonas tarahumaras, lo que viene a confirmar la peligrosidad de la enfermedad.
La mayoría de los médicos tradicionales consultados, refieren que el bazo es una enfermedad común en cualquier época del año, aun si otros señalan que suele "pegar" con más frecuencia durante la estación de lluvia, cuando la tierra está mojada y húmeda. Acerca de la población mayormente afectada, los mismos informantes consideran que aqueja a toda la población, aunque parece prevalecer ligeramente la fracción adulta que desarrolla labores en el campo y que, en consecuencia, está por períodos de tiempo más largos en contacto con lugares húmedos, los cuales propician el surgimiento del mal.
Existen algunas formas de prevenir la enfermedad. A este propósito los terapeutas recomiendan no mojarse, no acostarse en superficies mojadas, ni comer "cosas heladas"; como medida de prevención, algunos informantes aconsejan sobarse, periódicamente, la zona del bazo "con jabón azul y piloncillo". Los terapeutas que tratan esta dolencia reciben un promedio de ocho pacientes al mes. Según ellos, mueren entre tres y cuatro personas al año.