Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana
Floripondio
Brugmansia candida Pers. — Solanaceae


La imagen fué proporcionada por:
Teúl Moyrón
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Fototeca Nacho López
Sinonimia botánica.

Datura arborea Ruíz & Pavón; Datura candida Pasq.; Brugmansia arborea Steud.

Sinonimia popular.

Campana, flor de campana, florifundio, florifundio blanco, toloache, trombita, tulipán. Chiapas: kampana, kampana te (tzeltal/tzotzil), kampana jomol, kampana pox (tzotzil), kampana nichim (tzeltal); Hidalgo; xochicamapana. Michoacán; trompetilla (purhépecha); Morelos: tecomaxochitl (náhuatl), peleguntia; Puebla: kalapus, tonxui. San Luis Potosí: kampaana huitz (tenek).

Botánica y ecología.

Arbusto o árbol de aproximadamente 3m de altura. Las hojas son alargadas y grandes, de color verde pálido y ásperas al tacto. Las flores son blancas y suelen presentar tonos rosados, tiene forma de campana, son grandes y péndulas.

Originaria de Ecuador, Chile y Perú. Habita en climas cálido, semicálido y templado entre los 200 y los 2600msnm.

Planta cultivada en huertos familiares, presente en terrenos de cultivo, asociada a bosques tropicales caducifolio, subcaducifolio, subperennifolio y perennifolio, bosque espinoso, matorral xerófilo, bosque mesófilo de montaña, bosques de encino, de pino y mixto de pino-encino.

Etnobotánica y antropología.

En los estados de Chiapas, Puebla y Veracruz es común el uso de ésta planta para quitar el dolor corporal.

Se le emplea también contra diversos padecimientos en los que se hace uso de la hoja. Cuando se tiene dolor de cabeza, se aplican en las sienes, chiquiadores de hojas frescas untadas con vaporub o grasa, o se pone la hoja o la mitad de la flor en alcohol, para "dar friegas" con esta mezcla en el momento del dolor. Para aliviar las "postemillas" o úlceras de las encías (V. aftas), se cuecen las hojas y machacadas se aplican en la parte afectada. Para desinflamar las paperas (nombre que se le da a la parotiditis, enfermedad contagiosa que consiste en la inflamación de las glándulas parótidas) se usan las hojas solas o soasadas en aceite, se aplican tópicamente.

Contra el asma (respiración fatigosa, acelerada y superficial debida a la contracción de los músculos bronquiales), se fuman las hojas. Para aliviar la tos, se hace un tamalito con las hojas, éste se soasa y se coloca en el pecho y la espalda, lo más caliente posible. Para curar el catarro se ingiere el cocimiento elaborado con floripondio, ocote (Pinus sp.) y canela (Cinnamomum zeylanicum); si el catarro es constipado, entonces en una hoja de florifundio se colocan otras hojas de venenillo al que se agrega aceite de almendras, ya envueltas como tamal se asan en el comal; cuando está caliente se caldean la frente y la nariz y se aplica una gota del jugo de las hojas en cada fosa nasal. Para curar los bronquios se untan en la espalda las flores maceradas, esta afección se presenta en personas que andan descalzas, que salieron calientes al aire, o por mojarse los pies y la espalda con agua de lluvia, lo cual trae como consecuencia un dolor que atraviesa del pecho a la espalda, dolor de garganta y tos.

Para desinflamar, se usan las hojas quemadas con alcohol o hervidas junto con las hojas de nejayote, y cuando el cocimiento esté tibio se "caldea" la parte inflamada. Si la inflamación está en el estómago, entonces se brasean las hojas sobre el carbón y se ponen en el estómago. Cuando la hinchazón es por golpe, se aplican fomentos con el cocimiento de comichín con floripondio, yerba del sapo (Eryngium carlinae) y sal. Para tratar problemas de artritis, se sumergen las hojas en agua con refino y se dejan reposar hasta que el líquido se ponga verde, con éste se frota el área afectada, o bien, las flores se soasan (hasta que se marchiten) y se ponen como emplasto en la parte dolorida. Para curar los tlacotes se aplican las hojas hervidas. También se recomienda usarla en piquetes de animales ponzoñosos, como el de alacrán (V. picadura de alacrán), en estos casos se aplica un emplasto con las hojas en el piquete. Para quitar el dolor de muela, la hoja se medio asa y se coloca en el lugar del dolor, o se abre la flor y se escobetea; a la parte que queda se le agrega aceite rosado o pomada de manzana y se pega a la cara con el objeto de sacar el calor y desinflamar.

Otra parte de la planta que se utiliza son las flores. Combinadas con higuerilla (Ricinus communis) y toloache (Datura stramonium), se hierven y formando un emplasto se aplican en zonas con edema; con el agua de esta misma decocción se dan baños cuando hay dolores corporales.

Para aliviar el dolor de espalda, se dan fricciones con las hojas maceradas a las que se agrega unas gotas de alcohol; con este mismo propósito, se pican las flores con un instrumento punzante y se entibian en un comal, luego se les rocía alcohol y se aplican en la espalda. Y para frotar el cuerpo cansado, las flores se ponen en alcohol o refino.

Contra las recaídas que sufre una mujer recién "aliviada" que no se cuida y hace trabajos pesados, lo cual le origina escalofríos, calentura, dolores de cuerpo y de cabeza, se cortan abundantes pitones de floripondio, se desmenuzan y se hierven junto con tomate, sal, ojo de gallo y piciétl, coahuítl, este ungüento se unta caliente en las coyunturas. Para bajar la calentura de los niños, se untan en todo el cuerpo las flores del floripondio asadas, calientitas y con unas gotas de alcohol.

Inclusive para el espanto se ocupan las ramas con flor para hacer "barridas". Cuando se sufre de ataque, se realizan limpias con las hojas de florifundio y las de Santa María, y después de la "limpia" se bebe el cocimiento de las mismas plantas.

Esta planta es también conocida por sus efectos somníferos; para obtenerlos, se huele la flor hasta quedarse dormido o se coloca la hoja fresca bajo la almohada donde pone la cabeza el niño que no puede dormir.

Asimismo se indica, en el tratamiento de algunas alteraciones como caries, pujos, anginas, fiebre, calor de niños, torceduras, dolor de oído, ruptura de huesos, granos, corazón. Se menciona que tiene acción como antiespasmódico.

Calidad de la planta: fría.

Historia.

En el siglo XVI Francisco Hernández, señala: "sus hojas machacadas y aplicadas quitan el dolor de cabeza, mezcladas con resina reducen las hinchazones producidas por caída o por golpe".

A inicios del siglo XX, el Instituto Médico Nacional la menciona como antiespasmódica. Posteriormente, Maximino Martínez la reporta como antitumoral. La Sociedad Farmacéutica de México refiere su uso como catártico. Finalmente, Schultes y Hofmann la describen como alucinógeno.

Química.

B. candida, se caracteriza por la presencia de alcaloides del tropano, de los que se han identificado escopolamina e hiosciamina en todos los órganos de la planta, en las hojas se han detectado 6-7-dihidroxi-litorina, meteloidina, 3-propil-teloidina, 6-7-dihidroxi-3 fenil acetato de tropanulo y el dihidroxi-triglato de tropanilo; y en la semilla, atropina.

Farmacología.

El extracto acuoso obtenido de las flores provocó en ratón, reducción de la actividad espontánea al administrarse por vía intragástrica, y se observó el efecto contrario al administrarlo en combinación con alcohol.

Toxicidad.

Se han observado casos severos de intoxicación en Florida, al ingerir accidentalmente las flores, tanto en niños como en adultos. Los síntomas que se observaron fueron dilatación de pupilas, delirio, alucinaciones, convulsiones y laxitud. Se reporta el caso de una persona que durmió cerca de un árbol de floripondio en flor, causándole sueño profundo, del cual sólo se fue despertando cuando se le echó agua fría, aunque permaneció adormilada.

Siete jóvenes que ingirieron flores de esta planta (aproximadamente 50 entre todos), además de severas alucinaciones, padecieron sequedad de la boca, sed, sensación de calor, dilatación de la pupila, disturbios visuales, sudoración, palpitaciones, taquicardia, ataxia, delirio que condujo al coma; transtornos cardiacos y respiratorios.

Se indica en la literatura que causa insensibilidad, alucinaciones y locura.

Comentarios.

Brugmansia candida es una planta de origen americano de la cual se detectó un antecedente histórico que la indica para el alivio del dolor de cabeza aplicada externamente, coincidente con su uso actual; sin embargo la información toxicológica disponible sugiere evitar su ingesta. Es una planta de gran prestigio medicinal que espera ser motivo de estudios químicos y farmacológicos para corroborar sus propiedades como antiespasmódico y analgésico, así como profundizar en sus efectos toxicológicos.

Herbarios.

CSAT, EBUM, ENCB, FCME, HIRAM, IEM, IMSSM, 1ZTA, MEXU, PROCQMITH, UAMI, UJAT, XAL, XALUV.

Literatura.

Botánica. Baytelman B. 1980; Barquin P. y Zamora I. 1991; Basurto F. 1982; Berlín B. y cols. 1990; Cervantes L. 1979; Cervantes T. 1989; De Niz D. 1989; Del Amo S. 1979; Escolástico R. 1983; Espinosa J. 1985; Estrada J. 1984; Evangelista V. y cols. 1991; Gómez L. y Chong I. 1985; González R. 1979; Instituto de Ecología 1991; Ortíz G. 1990; Prado X. 1988; Reyes M. 1989; Ruíz L. C. 1989; Ruíz T. 1986; Soto J. 1987; Suárez C. 1990; Torres B. 1978; Zimbrón A. y Feingold M. 1988.

Ecología. Basurto F. 1982; Castro A. 1988; Cervantes L. 1979; De Niz D. 1989; Espinosa J. 1985; Estrada J. 1984; Index Kewensis; López E. 1988; Martínez M. A. 1991; Prado X. 1988;Soto J. 1987;Suárez C 1990.

Etnobotánica.Basurto F. 1982; Baytelman B. 1980; Berlín B. 1990; Cervantes T. 1989; Chino S. y Jacques P. 1986; De Niz D. 1989: Evangelista V. y cols. 1991; Instituto de Ecología 1991; Martínez M. A. 1984; Morales G. y Toledo G. 1987; Pérez V. 1982; Reyes M. 1989; Ruíz T. 1986; Soto J. 1987; Zimbrón A. y Feingold M. 1988.

Historia. Hernández F. 1959 (1571-1576); Instituto Médico Nacional, Vol. XI1911; Martínez M. 1969(1934); Sociedad Farmacéutica de México. 1952; Schultes R. y Hofmann A. 1973.

Química. Hagemann K., y cols. 1992.; Mollov N., y cols. 1976.; Politis J 1948.; Roses O. E., y cols. 1987.; Schultes R. E., 1963.

Farmacología. Estévez A., y cols. 1976.; Kambu K., y cols. 1990.

Toxicidad. Hayman J., 1985.; Mendelson G., 1976; Schleiffer H., 1973.