Con el nombre de calentura, se conoce un estado febril frecuente entre la población totonaca, designado popularmente con el término de kuyalt. Es un padecimiento atendido prácticamente por todos los curanderos de la región.
La causalidad del padecimiento es atribuida con frecuencia a situaciones que afectan la dicotomía frío-calor y que, en consecuencia, rompen el equilibrio que garantiza la salud. Según los informantes, la calentura surge cuando una persona se moja o se asolea mucho, pero también puede ser causada por el piquete de moscos o de animales ponzoñosos, como cierto tipo de arañas.
El síntoma más peculiar de la calentura es, como su nombre lo indica, la elevación de la temperatura corporal la cual va acompañada de dolor de cuerpo y de cabeza; el paciente presenta, además, el semblante amarillento y los ojos llorosos.
Los tratamientos consignados tienen la finalidad de quitar el calor acumulado en el cuerpo del enfermo. Con este fin, los terapeutas aplican diversos procedimientos terapéuticos, entre los que destacan las sobadas o frotadas, como la que se describe a continuación: se frota el cuerpo del enfermo con medio vaso de refino; la terapia se inicia por los pies, las piernas y los muslos; conforme se va terminando de frotar una parte del cuerpo, se cubre con trapos calientes "para que no le pegue el aire"; se continúa frotando el abdomen, el tórax y, finalmente, los brazos y las manos. A los pocos minutos de concluida la terapia, el enfermo comienza a sudar copiosamente, por lo cual es necesario cambiarle los trapos continuamente para evitar que "el sudor se enfríe" y se interrumpa la sudoración; al poco tiempo la calentura empieza a bajar, refieren los informantes. En ciertas localidades totonacas, los terapeutas frotan con el macerado de nikashamil en aguardiente ("refino"), preparado que también se da a beber al paciente, tres veces al día. Al final del tratamiento, los curanderos: acostumbran dar indicaciones a los familiares del paciente, para que cuiden que éste permanezca cubierto mientras no termine de normalizarse completamente la temperatura, pues de lo contrario "le pegua el aire y puede recaer".
Otra práctica común empleada para combatir la calentura es dar al enfermo baños de pies con un preparado de hojas de totomochtle (maíz) morado y cinco hojas de naranjo, al que se añade una onza de ceniza del fogón (V. cocohuite).
La calentura es un padecimiento que puede tener graves consecuencias, si durante el tratamiento el enfermo no se cuida y se expone a "que le pegue el aire", o si se tarda en buscar ayuda médica.
Para prevenir la enfermedad, los curanderos recomiendan, en caso de mojarse, tomar enseguida un té caliente preparado con canela, limón y refino, así como ponerse ropa seca.
La calentura es uno de los padecimientos más frecuentes entre la población adulta de las comunidades totonacas, debido al tipo de actividad laboral que desempeñan la mayor parte de sus habitantes: trabajos agrícolas en lugares abiertos, en donde no es posible evitar mojarse.