La diarrea es una de las causas de demanda de atención más comunes de la población cuicateca, principalmente de los niños, en épocas de lluvia. En virtud de su frecuencia es atendida por prácticamente todos los especialistas de la medicina tradicional. Las causas que dan origen a la enfermedad son de varios tipos, la más importante guarda relación con la calidad de los alimentos que el paciente ingiere; así, surge por comer comidas "malas, descompuestas o de varios días", o indigestas, como la fruta verde. Puede también ser producida por falta de higiene en la preparación de las comidas o "por tomar agua sucia". La diarrea muchas veces es un síntoma de otra enfermedad, como el susto, la maldad o la debilidad.
Además del aumento del número de deposiciones, la diarrea va aunada a vómitos y dolores intensos en la región estomacal; al enfermo "le truenan las tripas", sufre retortijones (cólicos), se ve pálido, pierde el apetito, le da mucho sueño tiene debilidad y los labios resecos; muchas veces, la diarrea va acompañada de calentura.
Para elaborar el diagnóstico, el terapeuta interroga al enfermo, o a la mamá, si se trata de un niño; enseguida hace una revisión del abdomen del enfermo, el cual se presenta endurecido. A continuación, lo confirma mediante alguno de los procedimientos de adivinación con figuritas de piedra o con granos de maíz.
El tratamiento para combatir la diarrea por lo general consiste en la ingestión de un preparado de plantas medicinales, entre las que destacan: estafiate, hierbabuena, tronadora, marrubio, malva, chaparro amargoso, cogollos de guayabo, cáscara de chirimoya, hinojo, manzanilla, eucalipto, semilla de aguacate, hojas de árnica, raíz de malvavisco, epazote, hierba del borracho y una planta de nombre nando-cua. Se utilizan tres o más de estas plantas, hervidas juntas por algunos minutos, y el preparado se administra en dosis de un posillo de té cada cuatro horas hasta la supresión de todas las molestias. Si el vómito es muy frecuente, se prescribe otra preparación, hecha con flor de tila, flor de chicalote, salvado de trigo, diente de león y gordolobo, o de canela y cáscara de melón, que se administra en forma alternada al primer té, también cada cuatro horas. Durante todo el tratamiento el enfermo debe guardar dieta, y no debe comer manteca, huevos ni chiles; es preferible que tome solamente agua de arroz
Algunos médicos tradicionales complementan el tratamiento con una limpia con huevo, "blanquillo", sauco y agua.
La diarrea es considerada una enfermedad muy peligrosa por la gravedad de sus consecuencias, así como por la rapidez con que evoluciona, especialmente cuando va acompañada de vómitos. Los niños son sus principales víctimas. Cualquiera que sea el tipo de enfermo, se recomienda iniciar la terapia a la brevedad posible.