Se trata de una causa de demanda de atención que se da con cierta frecuencia entre los habitantes adultos de las zonas cuicatecas. La hinchazón puede presentarse como síntoma de varias enfermedades, tales como el alcoholismo (tal vez la causa más frecuente), los antojos, los golpes "viejos mal atendidos", la tristeza, o bien puede surgir por "trabajar en tierra fría"; según los informantes consultados, también puede producirse "por fumar". Como su nombre lo indica, la enfermedad llamada "hinchazón" se caracteriza por la inflamación de alguna parte, o de todo el cuerpo, del enfermo; otros síntomas que suelen acompañar al padecimiento son calentura y falta de apetito; además, el enfermo muchas veces adquiere un color amarillento.
Para determinar la naturaleza de la afección, el terapeuta observa la región afectada y la aprieta con sus dedos; por las características que ésta adquiere, puede conocer el grado de inflamación. La causa de la enfermedad se determina mediante una limpia con huevo.
Los tratamientos empleados dependen de la causa del padecimiento o de la zona que presenta la inflamación. Cuando la hinchazón es por "tristeza", se le da al enfermo un baño con una mezcla de flores perfumadas y varias hierbas de olor agradable; se debe dar un baño de esas características cada día, hasta que el paciente se sienta bien, lo que puede tardar hasta un mes.
Cuando el paciente sufre la enfermedad por "trabajar en tierras frías", la hinchazón se presenta en los pies. Se cura mediante frotaciones de alcohol y ajo, además de la administración de un té de cuachalalate o cuachalalá, como agua de tiempo.
Según ciertos terapeutas, la hinchazón por alcoholismo se debe a que el enfermo "tiene muchas lombrices". El tratamiento acostumbrado para estos casos consiste en la ingestión de una infusión preparada con "un puñito de pule-berro molido en agua hervida", que se le da al paciente "hasta que ya no pida más alcohol, o se le olvide". Una terapia semejante consiste en un té preparado con tronadora, cuachalalate y cola de caballo, que se administra por espacio de ocho días, "para que el paciente orine mucho"; terminado el tratamiento se le da durante cuatro días un licuado de alfalfa, en ayunas, "para que tenga fuerzas, ya que de tanto orinar, se debilita", además de una sobada con pomada de sábila y manzana. Un último tratamiento recomendado consiste en hervir "tres o cinco ratoncitos recién nacidos hasta que se haga un caldito"; se toma, con o sin azúcar, una o dos tazas diarias hasta que el sujeto rechace el alcohol. Los informantes aseguran que este tratamiento es muy eficaz para que el enfermo deje el alcohol.