Es indudable que tsipurirriya es una enfermedad exantemática, aunque no está totalmente claro si se trata de sarampión o de rubéola, ya que ambas cursan con fiebre, seguida de la aparición de pequeños granos rojizos en varias partes del cuerpo. Tampoco es claro si los huicholes la conciben como una enfermedad característica de la infancia, aunque los datos indican que puede deberse a los pecados acumulados por los padres, particularmente las relaciones extramaritales. Al confesar sus pecados, los padres no deben omitir ninguno, pues de hacerlo agravarían el estado del paciente. Es considerada una dolencia "traída por el año", de naturaleza caliente y que reclama la intervención del mara´akáme, quien la trata mediante la administración de un té de tsipurirriya-huayerari -cuya raíz se emplea molida-, la realización de una limpia con plumas de aguililla, cantos y rezos. Además de lo anterior, los terapeutas acostumbran hacer reposar al paciente sobre una hoja de plátano, en virtud de que se considera a ésta dotada de propiedades frescas. En la curación se pone en juego un claro mecanismo de eficacia simbólica: los padres "liberan" el mal al ir anudando en tiras de palma cada uno de los pecados confesados. Una vez concluida la confesión, el mara´akáme quema estos vegetales para anular la causa.